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1948
Sudamérica - Gran Premio América del Sur - Capitulo 18 |
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Carrera |
Del
20 de Octubre al
8
de Noviembre 1948
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Categoría: |
Turismo Carretera |
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Datos
del circuito |
Circuito:
Rutas Sudamericanas
Etapas:
14
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Vueltas:
N/A
Km
9579,4
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Vicente J. Sillitti |
Algunas
palabras personales sobre ésta competencia...
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El
mapa del regreso del Gran Premio América del Sur
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Si bien estuvimos a punto de
realizar la revisión muchas veces, y al final no nos animamos a
comenzar por lo largo y arduo que sería, finalmente, el momento
de hacerlo llegó y al fin lo pudimos concretar.
Teníamos muchos motivos
para detallar esta carrera. Aunque Fangio no halla llegado al final –y
esta pagina sea por sobre todo, un homenaje a él-, fue seguramente
una de las competencias mas importantes a nivel mundial del siglo pasado,
donde se pusieron a prueba no solo las capacidades conductivas y mecánicas
de los participantes, sino que mas importante aun, se probó la capacidad
de los pueblos sudamericanos en trabajar juntos en pos de un objetivo común…
y lograrlo.
El Gran Premio América del
Sur tuvo un regreso independiente desde Lima hasta Buenos Aires Fue una
competencia a modo de repechaje. Donde entre muchas cosas que pasaron,
perdió la vida el piloto uruguayo Suppici Sedes. Fangio no participó
del regreso, por lo tanto quedará pendiente para algún otro
futuro trabajo.
En lo personal, yo no había
nacido en esos años. Si bien puedo reconocer su importancia, no
tuve el placer de vivir en directo esas sensaciones que seguramente producía
a los aficionados, durante todos esos días, estar frente a la radio
o al borde de la ruta. Puedo recordar a nuestro amigo Lole contando como
de pequeño, estaba frente a la radio intentando registrar el paso
de los competidores, para observar en su imaginación todo lo que
la radio no le podía mostrar.
Seguramente, fueron sensaciones
invalorables e irrepetibles.
Para mi, escribir sobre esta
carrera, fue un homenaje para todos esos hombres que salieron de Buenos
Aires intentando recorrer los 9600 km –sobre un automóvil o a travéz
de la radio- como mi amigo Gerardo Sabaris que ya no está y fue
incondicional admirador de Oscar Gálvez.
Vicente
J. Sillitti
UTaC
Team. |
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Jorge Ferreccio |
Un
pasito a 1948
El amplio espectro de edades
entre los colaboradores de la página permite que aflore una amplia
gama de conceptos y vivencias relacionados con la Buenos Aires-Caracas.
Hoy a casi 59 años
de la competencia, los adelantos en la comunicaciones vía satelital,
ya sea radial, televisiva o por intermedio de la web, nos permite prácticamente
estar viendo las carreras desde adentro de los autos y viviéndolas
codo a codo con el piloto.
Como a cambiado sustancialmente
todo!. Muy atrás quedaron aquellas enormes radios a válvulas,
que nos traían la voz entrecortada –a veces- o con reverberancias
–otras- o deformadas hasta escucharse solo una voz gangosa ininteligible
que aumentaba y disminuía el volumen, ya sea que se trasmitiera
desde un avión de aquella época, o a través de puestos
montañosos, con interferencias mayores o menores y a veces con silencios,
que quizá llegaran a ocupar casi toda la transmisión, que
se iniciaba alrededor de las 6 ó 7 de la mañana y finalizaba
aproximadamente a eso de las 14 ó 15 horas. Manuel Sojit, “Corner”,
era el responsable de enviarnos las secuencias principales de cada etapa.
Y desde su puesto en la emisora de Buenos Aires, su hermano Luis
Elías, “El Mudo”, era quien dirigía la audición Coche
a la Vista. Y por supuesto el encargado de llenar los espacios vacíos
en la transmisión, ya sea con cuentos, anécdota, entrevistas
o simplemente con publicidad, que verborrágicamente nos caían
a raudales desde nuestras radios.
Cuando la información
era nula ó muy escasa había que esperar las 16.30 ó
17 para ir corriendo a comprar la 5ta.edición de Crítica
ó Noticias Gráficas, con los primeros arribos y a las 21,
la 6ta.edición, con una mayor cantidad de autos clasificados. Por
la noche, a las 24 estaba “La Noche de Gala del Gran Premio”, por la audición
ya mencionada, con la palabra de algunos pilotos y los consabidos saludos
a sus familiares o urgentes necesidades de repuestos.
Los más fanáticos
y enviciados con esto del automovilismo no nos conformábamos solo
con la radio. No contábamos entonces con el Google Eart y
seguíamos la competencia con unos mapas a color de las provincias
argentinas que había editado el diario Crítica, allá
por 1941, y otros con los países sudamericanos conseguidos en la
librería del barrio.
Y en algunos casos la cosa
iba un poco más allá. Para que fuera más completo
nuestro panorama, algunos utilizábamos algunos pequeños botones
de colores para identificar los 5 ó 7 autos que más nos interesaban
y los íbamos corriendo de localidad en localidad, a medida que la
radio nos suministraba la información. Todavía no se habían
inventado los push pins -pinches con cabezas de colores- para señalar
sobre los mapas.
Sin olvidar los lápices
y blocks de papeles para llevar las horas de paso y los tiempos netos,
no fuera que la emisión se cortara y no tuviéramos completos
todos los datos.
Claro que todo éste
apasionante material informativo duraba hasta que se escuchaba la voz de
mi madre: “sacá todo eso de allí, que tengo que poner la
mesa”. Lógico, que sabía ella de Fangio, Oscar, Juan, Marimón,
Victor García ó Guido Maineri. Quienes serían esos
nombres desconocidos de Marcilla, Varoli ó Supicci Sedes???. Lo
que te perdiste, vieja!!!
Cuando me encargaron algo
sobre “la Caracas” no sabía como encararlo y así como así,
buceando en el fichero cerebral, comenzaron a aparecer éstas imborrables
imágenes y el enorme salto de 2007 a 1948, fue solamente un pequeño
pasito.
Jorge
Ferreccio
UTaC
Team. |
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Julio Martín Méndez Peralta Ramos |
Mis
recuerdos sobre la Buenos Aires - Caracas
Tenía 9 años
cuando se corrió la Buenos Aires – Caracas. No hacía mucho
tiempo que mi pasión por el automovilismo, fomentada por mi abuelo
materno y un tío, hermano de mi madre, con quienes vivía
junto con mi familia, había prendido con tanta intensidad que porque
mi padre tenía un Chevrolet dos puertas, modelo 37 mis ídolos
desde un principio fueron Fangio y Eusebio Marcilla porque corrían
con esa marca.
Mi actividad era como la
de todos los chicos de mi edad, ir al colegio y jugar con mis amigos a
la pelota o con los autitos en la plaza que aun está en la avenida
del Libertador, entonces avenida Alvear, frente al edificio del Automóvil
Club Argentino.
Cuando comenzó el
Gran Premio al volver del colegio a mediodía, almorzaba, hacía
los deberes y ni bien podía a la hora de la siesta me iba al cuarto
de la empleada que tenía mi abuelo, una mujer mayor, italiana, solterona,
cuyo placer era sintonizar Radio Belgrano, escuchar a Nicola Paone o Feliciano
Brunelli que estaban de moda, y las carreras de autos porque también
le gustaban como buena italiana. Me acurrucaba al lado de la radio
y juntos escuchábamos “Coche a la Vista”, la audición que
transmitía la carrera con las voces de los hermanos Sojit, J.J.
y Eduardo Emilio D’Agostino y los comentarios de don Pedro Fiore hasta
el cierre de la transmisión. A la noche, al volver mi padre del
trabajo, tenía la costumbre de traer “La Razón”, la que devoraba
para saber las últimas noticias de cada etapa.
Recuerdo muy bien el impacto
que me produjeron las muertes de Elguea y su acompañante Román
al desbarrancarse, y sobre todo la tristeza por el accidente de Fangio
y el fallecimiento de Daniel Urrutia. En mi mente infantil no entendía
cuando leía o decían “se mataron” o “se mató”, porque
pensaba que nadie a propósito se quiere morir.
Debo confesar que cuando
me enteré de las desventuras sufridas por los Gálvez en la
última etapa y el triunfo de Domingo Marimón con el segundo
puesto de Marcilla, la alegría fue inmensa porque también
en mi colegio se habían formado dos bandos: los de Fangio y Chevrolet
y los de los Gálvez y Ford. Sufrimos mucho cuando se produjo el
accidente de Fangio, ya que los hinchas de los Gálvez se habían
divertido a costa nuestra llegando a producirse discusiones muy violentas
por las circunstancias del abandono, discusiones que siguieron por las
derivaciones insólitas que tuvo el final de la carrera.
La repercusión que
tuvo “la Caracas” inmediatamente la vivimos los chicos porque un fabricante
de juguetes sacó a la venta unos autitos de plástico que
copiaban a las cupés de Turismo de Carretera con los guardabarros
recortados, los que se vendían con una planchuela con números
para ponerlos en las puertas y el baúl, a los que preparábamos
rellenándolos con masilla para que no volcaran, se alargaban los
agujeros por donde pasaban los ejes y con un elástico grueso sujeto
con tachuelas en la trompa y en la cola se conseguía que tuvieran
suspensión. Les pegábamos los números y algunos escribíamos
las propagandas con tinta china para que quedaran lo más parecidos
al que queríamos copiar.
“La Caracas” significó
incentivar mi imaginación como si alguien, en este caso la radio,
me fuera contando etapa por etapa un cuento fabuloso, sirvió para
cultivar la amistad con mis amigos y soñar que con mis autitos yo
también era un corredor.
Julio
Martín Méndez Peralta Ramos
UTaC
Team. |
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Jorge Salgado Uribe |
GP
América del Sur, Impacto
En la medida que las detalladísimas
crónicas de Vicente se acercan a las últimas etapas de la
"Caracas", siento la necesidad de escribirles algunos comentarios, no con
el ánimo de ser publicados, sino de interés general, sobre
una prueba cuya planeación,organización y ejecución
fué más allá de unos resultados deportivos, al menos
en la zona norte de esta parte del continente americano, que es mi territorio.
Para empezar, teniendo apenas
7 años, esta fué la primera carrera de autos que presencié,
a borde de carretera y a 60 kilómetros antes de que llegaran los
corredores a Bogotá; la emoción y el impacto fué enorme
y de ahí quedé contagiado de ese virus del motor y la velocidad,
cuyo antídoto no he logrado encontrar; de ahí mi particular
interés en ésta prueba. Esto en cuanto a lo personal.
Sobre lo general y trascendental,
y para no extenderme mucho, lo puedo condensar en los siguientes puntos:
- El ACA estimuló
desde 1940 la formación de clubes y entidades automovilísticas
en Ecuador, Colombia y Venezuela
- El paso de esta prueba
por estos países, dejó una huella indeleble en unas naciones,
que poco y nada conocían de este deporte, salvo aquello que publicaban
periódicos y revistas
- Salvo el fútbol,
nunca antes sus habitantes habían recibido un despliegue informativo
por los medios de comunicación de ese entonces, lo que redundó
en el despertar el interés por ese "nuevo" deporte del automovilismo.
- La asistencia en "vivo
y en directo" permitió a los aficionados, "calcar" las técnicas
mecánicas de los Turismo de Carretera, convirtiéndose ésta
en la categoría nacional de estos países.
- En menos de un año,
los clubes y asociaciones ya habían organizado algunas pruebas nacionales,
muestra de que el automovilismo deportivo había germinado
en cada país.
- En enero de1950 y en un
esfuerzo conjunto entre Colombia, Venezuela y Ecuador, se dió la
largada en la ciudad de Quito de la denominada Carrera Grancolombiana,
con recorrido Quito-Bogotá-Caracas, donde ya se enfrentaron los
pilotos-héroes de cada nación
- De aquí en adelante,
cada uno de estos paises empezó a escribir su propia versión
en la historia del automovilismo.
Estas y muchas más,
fueron las secuelas que nos dejó la Buenos Aires-Caracas
Gracias ACA!, gracias Argentina!
Jorge
Salgado Uribe
UTaC
Team. |
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(c) 1999-2010
UTaC Team. Ultima actualización de ésta hoja: 26/03/2010 Comentarios, colaboraciones, etc.:vicylole@jmfangio.org
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