Etapa
10. Pasto-Cali
Miércoles,
3 de Noviembre de 1948
El camino entre Pasto y Cali
sería más de lo mismo. Piedras, polvo y barrancos. Se esperaba
una primera sección complicada, aproximadamente hasta la altura
de Popayán, a mitad de camino. Luego una leve mejora, para terminar
en las cercanías de Cali a una buena velocidad.
El recorrido total de la
etapa sería de 440,4 kilómetros.
La salida de Pasto reglamentaría
fue a las seis de la mañana, y solo se presentaban 46 automóviles.
El Chileno Joaquín Salas no se presentaba en el control, y nadie
podía determinar el motivo aunque todos imaginaban un problema mecánico.
Por el caserío de
Cartago, Oscar Gálvez pasaba 5 minutos antes que su hermano, aunque
primero por tiempo neto sería un arriesgado Manuel Merino, seguido
a un minuto treinta segundos por Oscar. Tercero Bojanich, cuarto López,
quinto Marcilla, sexto Marimón y séptimo Juan Gálvez.
Aviones militares colombianos
se sumaban a la fiesta. En zonas completamente despobladas sobrevolaban
la ruta intentando avisar con celeridad, en caso de que se produzca algún
accidente para que el auxilio sea más efectivo.
En Timbio, Juan Gálvez
pasa al frente doblegando al “Aguilucho” y ahora tercero en tiempo, se
retrazaba Merino. Y Marimón, escalando posiciones, pasaba muy cerca
de la clasificación de Oscar… El promedio a esta altura no era más
que de 57 km/h.
Después vendría
Popayán, a 279 km de Pasto y las condiciones del camino mejorarían.
López sufriría
la obstrucción de una pared que se cayó imprevistamente sobre
el camino, haciéndole perder algo de tiempo, y a ésta altura,
el peruano Balta rompía la caja de velocidades y la ayuda en repuestos
le llegaba por vía aérea, gracias a la Fuerza Aérea
colombiana.
Antes de llegar a Piendamo,
a 310 km de la largada, Marimón sufre quizás su peor percance
de la carrera. Mientras estaban transitando un sendero bordeando una montaña,
nota que el Chevrolet comienza a desestabilizarse, y observa que la rueda
trasera izquierda los supera y comienza a caer en un barranco…
Detiene el automóvil
como puede, se baja y observa que la rueda desprendida continuaba su propia
trayectoria por el precipicio a unos 150 metros de profundidad. En ese
momento todo fue desesperación, cuando notan junto a su acompañante
Duhalde que la rueda se había llevado consigo la maza y no tenían
repuestos… Quedaron tirados en el camino consultando a quien se detuviera
para ver si tenían un repuesto para reponer.
Transcurrida una hora aproximadamente
aparece el Chevrolet del piloto Marenghini y Marimón sin dudar le
dice –“Te doy $ 5000 si me das una maza- El piloto tenía una, se
la dio y Marimón pudo continuar. Hay que aclarar que un Chevrolet
cero kilómetro, costaba unos $7000 en esos días… Mas adelante y a solo unos 80 kilómetros de Cali, tomando una curva muy cerrada se salio del camino y golpeo su Chevrolet contra una pared el boliviano Rafael Leizan. Sin graves consecuencias graves pudo continuar tras perder unos pocos minutos.
Finalmente, los hermanos
Gálvez entran corriendo en tandem a la ciudad de Cali. Más
de cuarenta mil personas recibieron a los competidores.
Juan Gálvez le ganaría
por solo 46 segundos a su hermano, Marcilla terminaría tercero…
El promedio del vencedor
era el mas bajo de todos hasta aquí, de tan solo 61,98 km/h.
Juan Marchini lograba un
excelente cuarto lugar.
Marimón a pesar de
su gran retraso, lograría mantener su tercer puesto de la clasificación
general. Es que la diferencia que tenía cuando comenzó la
última etapa con Eusebio Marcilla, era de más de dos horas…
Por otro lado a partir de
Calí, la diferencia con los hermanos Gálvez aparecía
en el horizonte como indescontable. Máxime que los Gálvez
en las últimas etapas estuvieron corriendo juntos, en equipo. Ayudándose
cuando alguno de los dos se quedaba en el camino.
Los talleres oficiales en
Cali de Ford, Chevrolet y Plymouth, como un acuerdo conjunto, ofrecieron
sus instalaciones para que todos los participantes sin excepción,
repararan sus máquinas. Además le obsequiaron un juego de
neumáticos sin cargo a cada uno.
A la seis de la tarde, una
serie de agasajos y premios para los pilotos en el Hotel Alférez
Real.
Víctor García
volvía a recordar el accidente del día anterior y su pesar
por el espectador. Y no dejaba de comentar su agradecimiento a las autoridades
del Automóvil Club de Pasto, por permitirle continuar a pesar del
lamentable episodio.
A las 16 horas, cuando prácticamente
todos los pilotos estaban en Calí preparándose para el día
siguiente y cuando ya todos los medios aseguraban su abandono, Joaquín
Salas largaba de Pasto… Ni siquiera un retardo de más de nueve horas
podía forzar el abandono del obstinado piloto chileno… Incluso en
las primeras ediciones de los periódicos ya figuraba su abandono…
Sin embargo, él lograría llegar a la meta bordeando el tiempo
reglamentario. Pero lo importante es que lo lograría.
Con su voluntad se cerraría
lo que sería la primera etapa de la gran carrera sin abandonos…
UTaC
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