Etapa
3. Villazón - Potosí
Sábado,
23 de Octubre de 1948
Las ciudades fronterizas
y vecinas de La Quiaca (Argentina) y Villazón (Bolivia) son una
neutralización en conjunto. Por lo tanto, la tercera etapa se corrió
íntegramente en territorio boliviano. La etapa tendría una
extensión de 459,8 Km. y las exigencias no serían las mismas.
Iba a ser un camino montañoso ascendente, pero con importantes elevaciones
y depresiones, bordeando riscos y cornisas hasta alcanzar una altura
de 4000 metros sobre el nivel del mar. Esto sumado a que reglamentariamente,
ningún corredor podrá clasificar con un promedio inferior
a 25,5 Km/h.
Se larga de Villazón
con intervalos de 30 segundos a las siete de la mañana.
La etapa desde el inicio,
fue un duelo entre Oscar y Marimón. El Chileno Varoli, corriendo con su
hijo de acompañante, decide realizar una etapa resguardando su máquina,
porque se había fijado como objetivo llegar a Caracas. Hasta esté
momento estaba en un excelente cuarto puesto en la clasificación
general.
En "Quebrada Honda", el motor
de Ricardo Risatti dice basta y lo obliga a abandonar mientras el que pasa
al frente del pelotón es el piloto boliviano Rafael Leizán.
Hay que destacar el trabajo de Leizán, que conociendo el terreno,
-quizás mejor que nadie- y partiendo del lugar 67 había superado
en tiempo neto a todos los participantes, sacándole un minuto y
medio a Oscar Gálvez. Lamentablemente, la “patriada” no le sería
gratuita al piloto local, debiendo detenerse pocos kilómetros después
por problemas mecánicos que le harían perder cuatro horas
en la etapa y 11 posiciones en el clasificador general
Por Iscayachi, Oscar aventajaba
por 30 segundos a su hermano, y luego Gulle, Marimón y Varoli.
En Villa Abencia, comienza
las pendientes angostas y pronunciadas, Oscar continúa escapándose
mientras su hermano debe detenerse solo unos instantes, que aprovecha Marimón
para entrar en la segunda colocación. Krusse superaba a Varoli por
la quinta plaza. Y Gulle, apretando los dientes, comienza a atacar.
Tras superar el puente colgante
sobre el “Río Grande” se entra poco después en Camargo, donde
se desata la primera tragedia oficial. Julián Helguea junto a su
acompañante Heriberto Román intentaban superar un competidor
-por afuera-, en una larga pendiente que finalizaba en una pronunciada
curva cerrada, cuando de repente se encontraron cayendo en un precipicio
de 200 metros de profundidad. Los pobladores del lugar fueron advertidos
del accidente, por el estruendo de la maquina al golpear el fondo y se
dirigieron al lugar para prestar su ayuda a los ocupantes del vehículo
pero ya no había nada que hacer. Ambos murieron instantáneamente
a causa de las múltiples heridas sufridas.
Mientras tanto, la carrera
continuaba. Fangio vuelve a correr como poseído, intentando recuperar
posiciones. Luego de superar 50 vehículos y mientras estaba en la
tercera posición, corta un palier y no le queda otra alternativa
que cambiarlo para poder continuar. Esto lo retrasa casi dos horas.
Eusebio Marcilla superaba
a Juan Gálvez a la altura de Calamaqui.
Oscar Gálvez gana
su tercera etapa consecutiva entrando primero en Potosí –a 4060
metros sobre el nivel del mar-, a un promedio de 63,824 km/h. Gullé,
realizando un ritmo impresionante, superaba al resto y se ubicaba en segundo
lugar.
Nadie festeja en Potosí.
La
noticia de la desaparición de los hombres de Chacabuco golpeó
a todos.
Los cambios más importantes
en el clasificador fueron para los mejores pilotos chilenos. Mientras Emilio
Karstulovic perdería mas de una hora, cayendo al puesto 18 de la
general, Jorge Rodrigo Daly –que había largado decimotercero,
sería superado por cuarenta y cuatro participantes en el clasificador
importante, tras perder mas de cinco horas reparando su Dodge.
En total, se producían
6 abandonos en plena etapa (sin contar los que no largaron de Villazón y el Ford 56)
y se sumaria como abandono el piloto de Chacabuco Jacinto Moss, –del
mismo pueblo que Helguea y Román- que decidiría regresar en señal de duelo.
Las autoridades bolivianas
y argentinas hicieron lo posible para agilizar los trámites y el
piloto Brizuela se hizo cargo del transporte en avión de los restos
del piloto Elguea y su acompañante Román. Chacabuco recibió
los restos de sus hijos caídos con mucho dolor, decretando un día
completo de duelo.
Hoy, en el lugar del accidente,
hay un pequeño monumento recordando la tragedia.
A partir de ésta etapa,
el gobierno argentino difunde la noticia de que se haría cargo de
todos los gastos de los pilotos argentinos hasta la finalización
del Gran Premio. Una buena noticia para muchos, que día a día
veían que las reservas previstas se agotaban.
UTaC
Team. |