Etapa
7. Lima-Tumbes
Viernes,
29 de Octubre de 1948
Los pilotos estaban cansados.
Solo algunos habían sido previsores y se habían dormido temprano.
La revolución -fusil
en mano- estaba en camino. Era un alzamiento militar y se suspenden los
derechos civiles.
Fangio había comentado
el día jueves al cronista del diario La Nación: -En Perú
me siento como en mi propia patria. Espero contar con mejor suerte, pues
parece que salí con el pie izquierdo. Si bien voy corriendo muy
rezagado, me esforzaré por hacerlo en punta.
Eran 1322 km los que separaban
a Lima de Tumbes bordeando el océano Pacifico. Una densa neblina
rodeaba por momentos a los competidores y casi nadie conocía el
terreno. En el itinerario del Gran Premio Internacional del Norte del año
1940, Lima había sido el punto mas alejado del itinerario. Tras
el descanso en La Ciudad de los Reyes, se había regresado hacia el sur…
La largada, originalmente
programada para las cinco de la mañana, luego adelantada a las dos,
finalmente por los rumores de combates en las cercanías de la ciudad,
en carácter de emergencia se resuelve adelantarse a la hora cero
del viernes. Y se modifica el lugar de largada. No se saldrá desde
la ciudad –precisamente desde Avenida Wilson donde se había dispuesto
originalmente-, sino desde Puente de Piedra, a unos 25 kilómetros
de Lima. Todo esto en medio de rumores e improvisación agregando
mas revuelo a lo que ya era completamente desorganizado. Entre el estado
de sitio y el brusco cambio de horario, solo había un centenar de
personas al costado de la ruta, saludando a los competidores a su paso.
Esta salida, por las circunstancias
fue la más desordenada desde que se inició la gran carrera.
Se dice que solo algunos de los primeros competidores respetaron las posiciones
del clasificador, luego el resto largó como pudo. Ni siquiera se
respetaron los 10 segundos entre máquina estipulados en este caso
de emergencia.
A poco de largar, Rubiol
Roca incrusta su Ford prácticamente de frente contra una duna. Perdió
una hora en reacondicionar su vehiculo para poder continuar.
En Las Zorras, a 248 km
de Lima, Fangio estaba puntero seguido por Oscar, Gulle, Juan, Alvarado
y Marimón.
Mas allá de lo beneficiado
que haya sido Fangio con el desordenado sistema de largada, lo cierto es
que en camino, Fangio había estado corriendo los 100 primeros kilómetros
detrás de Alvarado, que conocía perfectamente el paisaje.
Hasta que al peruano en las cercanías de Paramonga y en la plena
oscuridad de la noche, se le cruzó un burro por delante y su maquina
terminaría muy golpeada. El y su acompañante sufrirían
heridas de diversa gravedad concluyendo su travesía en el hospital,
que lógicamente y lamentablemente lo dejarían fuera de carrera.
En Chimbote vuelca Trincavelli.
Si bien resultó ileso y pudo finalmente clasificar, perdió
casi nueve horas reparando el tren delantero de su Chevrolet.
Cerca también vuelca
Mujica, pero con menos suerte ya que también abandona.
Entre Casma y Trujillo, Oscar
había reducido la diferencia a nada, llevándole junto a Fangio
cuatro minutos al tercero Gullé. Detrás Marcilla, Juan y
García.
Es justamente en Trujillo,
donde el piloto revelación de la competencia, el chileno Varoli
–que corría con su hijo de acompañante- se ve obligado a
abandonar. En esta misma localidad, Manuel Montes sufriría un vuelco.
El neuquino Arturo Krusse
sería la próxima baja lamentable de la etapa. Tras romper
la dirección de su Plymouth, se estrelló a más de
140 km/h en el Puente Mocho. Remo Gamalero lo auxilió y lo transportó
a un centro asistencial. Lo herida más importante para él
al final sería una molesta fractura de tobillo.
Mientras tanto, los dos punteros
continuaron su carrera en tandem, separados por unos 100 metros y durante
una distancia de aproximadamente 300 kilómetros, Oscar siempre detrás
de Fangio a unos 140 km/h. El trayecto que lleva de Trujillo a Chacama
estaba siendo recorrido aproximadamente a las 4 de la mañana. Pronto
amanecería.
En Huanchasco, antes de
llegar a una curva cerrada y con mucha niebla, Oscar -según apreciaría
luego a la prensa- observa que el Chevrolet de Fangio comienza a zigzaguear
intentando no desbarrancarse –en realidad desde su posición, no
podían apreciar que tal barranco no existía- y mientras Fangio
intenta volver el Chevrolet a la ruta, ya con dos ruedas fuera del pavimento
y a raíz de la maniobra, el auto comienza a dar tumbos. El no duda
un instante, y al darse cuenta que no había un barranco, tiró su auto derecho
hacia afuera del camino, donde quedó volcado su Ford sobre un
costado.
Esta situación en
principio sería mal interpretado en la transmisión radial
–Boletín Informativo de Radio Colonial- y polémicamente,
ya que se informó que un roce entre ambos competidores peleando
la punta había desatado la tragedia…
Oscar y su acompañante
Herrero, tras comprobar que solo tenían rasguños, se dirigieron
hacia donde había volcado el Chevrolet Nº1. Lo encontraron
de costado, con Fangio semi-inconciente, y con una pierna trabada. Las puertas estaban abiertas y
Daniel Urrutia no estaba en su lugar de acompañante. Sacaron a Fangio
de adentro del vehiculo, ayudaron a poner el Chevrolet sobre sus pies y
comenzaron a buscar a Urrutia. Tardaron algo de tiempo en encontrarlo en
la oscuridad, sin sentido y sangrando por la boca.
Vieron los faros de competidores
que pasaban –Marimón, Juan Gálvez y Bojanich- e intentaron
hacerles señas que nadie vio, por la mala visibilidad y la topografía.
Tardaron en verlos y detenerse. El primero fue Marcilla.
Marcilla, que estaba ubicado
en una excelente posición, se ofrece a llevar a los accidentados
hasta un centro asistencial –de ahí, llevaría el mote de
“El caballero del camino”. Y entre Eusebio y el Chueco, lo incitan a Oscar
que continuara la carrera, algo que realizó tras ocuparse de volver
en condiciones a su automóvil. Tuvo que atar su puerta con un cinturón,
cambiar un neumático que había reventado, reponer aceite
y recién pudieron continuar.
Detrás de la primera
parte accidentada, el siguiente tramo ya con luz diurna, se normalizó.
Juan Gálvez mantenía un ritmo regular por San Pedro en
cabeza. En Chiclayo, a 758 km de Lima, detrás de Juan estaba Víctor
García, seguidos por Bojanich, Marimón, O. Gálvez
–ya recuperado-, Ataguile y Gullé, quien ya no estaba en las mismas
condiciones que en las primeras etapas y continuaba perdiendo terreno.
Hacia el final caería al puesto 42 del clasificador.
En Piura, a 1034 km. Juan
seguía puntero, ahora perseguido por Oscar, Marimón, y Marcilla
–de nuevo en carrera- mientras García estaba en quinto lugar.
Juan Gálvez ganaría
la etapa, siendo la más accidentada desde que comenzó la
carrera.
Abandonaron pilotos de la
talla de Fangio, Kruuse, Karstulovic, Daly, Alvarado y Varoli.Varoli denunciaría un sabotaje en su vehiculo. Aparentemente, alguien arrojó dos chavetas en el tubo de admisión de su Ford mientras estaba limpiando el carburador en Lima. Finalmente, resolvería dejar sin efecto la denuncia, pero algo sin esclarecer sucedió con el Ford del piloto Chileno.
Los pilotos Manuel Montes
–que originalmente había volcado-, Luciano Murro y Adolfo Perazzo
abandonan en Trujillo solidarios para acompañar a Fangio.
Angel Castano sufrió
un importante accidente y finaliza también la carrera en el hospital.
Sábado 30 cruce en
balsa y reparaciones…
Del puerto de Bolívar,
cruzaban el Golfo de Guayaquil todos los participantes y sus máquinas
en tres barcos. Ese mismo día, se les concedió a los pilotos
ocho horas para reparar los automóviles.
El domingo 31 de octubre
descanso.
UTaC
Team. |