Se larga el ansiado gran premio con Ascari en punta que no la dejaría hasta su culminación, soportando desde el comienzo el asedio de González y Fangio, hasta que Farina los supera accediendo al segundo lugar que abandonaría más tarde como consecuencia de un grave accidente con el público que arrojó un saldo de nueve muertos y 15 heridos, hereda la posición de escolta Fangio que también se retira de la carrera al romperse el diferencial de su Maserati. La posibilidad se le presentaba a González para secundar a Ascari, pero también debe detenerse aunque sea momentáneamente en boxes, por problemas de temperatura ocasionados por un papel adherido al radiador, siendo superado por Manzón al  comando de una pequeña Gordini que desertaría al perder una rueda. Retoma, entonces, Villorensi la segunda colocación seguido de Hawthorn, Gálvez y González, que en impetuosa arremetida llega a ubicarse segundo, posición que perdería al detenerse en boxes para cargar combustible y cambiar neumáticos. Finalmente, se impondría cómodamente, el italiano Ascari.

Gran Premio Republica Argentina.

El Gran Premio de la República Argentina de 1953 era esperado con particular interés ya que se trataba de la primer carrera puntable por el Campeonato Mundial de Pilotos que se otorgaba a nuestro país. Pero la expectativa más grandes estaba radicada en la lucha que se desarrollaría en la pista entre las dos marcas más famosas de la F.1: Ferrari y Maserati. 

En Buenos Aires se vería cual de las dos escuderías había aprovechado mejor el receso. También se planteaba la reaparición de Juan Manuel Fangio luego de su accidente en Monza y de la prolongada convalecencia. 
Pero esas dudas que se habían instalado antes de la carrera entre los aficionados comenzaron a transformarse en realidades en los primeros días de entrenamiento cuando las Ferrari demostraron estar mejor preparadas para ganar. Y así lo fue desde la primer vuelta de la carrera en la que Alberto Ascari se adueñó de la punta no cediéndola hasta el final. 

Cumplida una tercera parte de la carrera, Fangio mantenía su Maserati en la segunda posición pero la Ferrari de Giuseppe Farina ya se había ubicado a la cola de su auto habiendo desplzado previamente al auto de Froilán González. El francés Manzon aparecía a esta altura de la carrera como un heróico cuarto con su Gordini. 
En la vuelta 31 se produce el terrible accidente protagonizado por Farina quien al despistarse en la curva Ascari embiste un grupo de espectadores muy mal ubicados junto a la pista y que habían desbordado los controles policiales. El saldo del espectacular accidente fue de nueve muertos y varios heridos de consideración.
Sin Farina en el circuito, el heredero de su posición de escolta fue Fangio aunque las tribunas no tuvieron tiempo de festejar porque el argentino quedó al costado del circuito con la corona del diferencial hecha añicos. 
Fuera de carrera Farina y Fangio, es González quien persigue a Ascari pero con mala suerte ya que debe detenerse en su box a causa de un papel que voló desde la tribuna se ubicó en el radiador de su Maserati haciendo que el motor del auto calentase peligrosamente. 

Allí quedó la pqueña Gordini de Manzón quien disfrutó el segundo puesto algunas pocas vueltas pues al parar a cambiar cubiertas fue superado por Villoresy Hawthorn. La demora hizo que también lo pasara Froilán González que había recuperado tiempo en la pista luego de su breve parada. 
Alberto Ascari llevaba de esta manera su Ferrari (1.980 cm3, 4 cilindros en línea, carburadores Weber 45DCOE y diferencial de deslizamiento limitado) a la victoria mientras Enzo Ferrari, instalado en su cuartel general en Maranello y comunicado permanentemente por teléfono disfrutaba de la arrolladora victoria de Ascari y del segundo puesto de Villoresi. Su tercer piloto, el británico Hawthorn, se ubicó cuarto detrás de la Maserati dos litros con compresor de Froilán González. 

Para la anécdota queda la participación del equipo Cooper Bristolintegrado por los ingleses Alan Brown y John Barber y por el argentino Schwelm Cruz quien fue el mejor piloto del equipo hasta el momento de su abandono. 
Las incògnitas que el público tenía antes del Gran Premio de la República Argentina habían tenido su respuesta en la pista: Ascari revalidó su título de Campeón del Mundo, Ferrari había demostrado que había trabajado más que Maserati sobre todo presentando un auto más liviano y con mayor potencia y Fangio - pese a su abandono - volvió a llevar a un circuito toda su sapiencia conductiva luego de tantos meses de forzoso retiro. 

Por gentileza de Jorge Augé Bacqué y Automóvil Sport.