Rumbo al paso
de San Francisco.
El Automóvil Club
Argentino vuelve a organizar una gran competencia internacional esta vez
contando la colaboración de su par Chileno. El trazado saldría
desde Buenos Aires el sábado 22 de Noviembre, -realizando un banderazo
simbólico el Presidente Argentino Domingo Perón junto a su
esposa Eva Duarte-, y luego las máquinas correrían hacia
Santiago de Chile, cruzando la frontera por el camino seguido por el general
San Martín con su Ejército de los Andes. En Santiago tendría
lugar una segunda largada simbólica, en manos del Presidente Chileno
Gabril González Videla, para cerrar el circulo fraternal entre los
dos pueblos. Luego había que dirigirse hacia el norte por caminos
trasandinos y regresar a Argentina volviendo a cruzar la cordillera, tomando
tramos de antiquísimas carreteras incaicas y atreviéndose
al paso de San Francisco, a más de 4.700 metros sobre el nivel del
mar y totalizando un recorrido total de 5.335 kilómetros.
Fangio correrá con
su Chevrolet modelo 39 y Daniel Urrutia de acompañante
El sistema de ubicación
en la largada fue modificado para ésta competencia diagramado sobre
la base de tres grupos. En el primero largarían los pilotos que
hayan ganado alguna competencia de estas características. El segundo,
pilotos que hayan ganado etapas en algún Gran Premio y los que hayan
clasificado hasta el quinto puesto, y por último, -y gran mayoría-
se sortearían los pilotos restantes.
La primera etapa fue comenzada
por 97 pilotos de los 100 que habían registrado su inscripción
y el trazado tenía fascinados a los corredores por el promedio que
se podría realizar. Fangio muy optimista, había vaticinado
antes de la partida -Se irá en doce horas y media a Santiago-
lo que implicaba viajar a más de 110 km/h incluyendo el difícil
cruce de los Andes. Domingo Marimón ganó en 12:25'49" a un
promedio de 113,189 Km/h para los 1.446 Km. del tramo, seguido de Oscar
Gálvez a 6' 23" y de Fangio a 21' 20".
El Chevrolet de “Toscanito
Marimón” fue inalcanzable. Estaba probando un nuevo tipo de árbol
de levas con un cruce revolucionario. El árbol se lo habían
preparado al Chueco pero éste no quería arriesgarse haciendo
experimentos en la carrera y se lo ofreció a Toscanito. -¿Te
animas a usarlo? -¡Dámelo! fue la respuesta de Marimón.
Lo cierto que en el viaje
hacia Santiago, estaban “tirando” juntos Fangio y Oscar Gálvez,
cuando a la altura de Arrecifes en la plena oscuridad de la noche ven por
los espejos retrovisores unos faros imposibles que se acercan a toda velocidad.
Cuándo los faros superan a Fangio éste se da cuenta que es
Marimón y alcanza a susurrarle a Daniel Urrutia -¡Huy...!
¡Mi árbol de levas...!
Oscar más astuto
en la reacción logro “colgarse” detrás de Marimón
y se escaparon los dos hasta las montañas. Ahí la mayor potencia
del Chevrolet pudo más que el Ford y Marimón se despego solo
en la punta. A Fangio se le acalambraría el píe de tanto
presionar el acelerador tratando de alcanzarlos...
A Santiago llegaban 67 máquinas.
Los dos accidentes más importantes ocurrieron a la altura del cruce
del Arroyo Sampacho en Córdoba. Primero el piloto Chileno Repetto
Flores perdió el control de su Ford e envistió a un Sulky
estacionado deshaciéndolo en el acto. El piloto y el ocupante del
Sulky gravemente heridos, debieron ser hospitalizados. Luego el piloto
Jorge Descotte cayó por una barranca y su Chevrolet quedo completamente
destruido. Ejemplar fue la actitud del publico congregado en la zona, que
luego de estos dos accidentes por la falta de señalización,
comenzaron a hacer señas a los pilotos marcándoles los peligros
inminentes.
El domingo 23 fue un día
de descanso. El pueblo Chileno aprovecho para agasajar a los pilotos y
sus acompañantes.
Largan el lunes 24 la segunda
etapa desde Santiago luego del saludo del presidente Chileno a todos los
pilotos que llegaron a la capital chilena. Originalmente, la largada iba
a realizarse a intervalos de 10 segundos entre máquinas, pero a
causa de la sequía de la zona las autoridades decidieron modificarla
y interponer 30 segundos. La falta de viento y humedad, hacia que los 10
segundos originales fueran un intervalo demasiado peligroso para los participantes.
Oscar sufre un vuelco en
la “Cuesta del Espino”sin mayores complicaciones y puede continuar gracias
a la ayuda de Ángel Pascuali, Esteban Fernandino y Eusebio Marcilla.
Pero no todo fue color de rosas para Oscar, desde Viña del Mar tuvo
que conducir sin frenos.
Marimón tuvo problemas
con la bomba de aceite que lo retrazaron detrás de Fangio en la
etapa.
Así culmina la etapa
primero Fangio (8:25’29.6”) seguido por Marimón a (8:27’44.2”) y
Juan Gálvez a 38’, que en una escalada espectacular logra adelantarse
a su hermano Oscar.
En la clasificación
general seguía primero Marimón (20:53’33.8”) y ahora Fangio
era segundo (21:12’39.4”), tercero Juan Gálvez (21:24’03”) y cuarto
Oscar Gálvez (21:31’38.8”)
La Serena vio llegar 59
máquinas. Y entre los abandonos, el más importante fue sin
dudas el de Emilio Karstulovic.
Al día siguiente -Martes
25- se corre la tercera etapa entre La Serena y Copiapó y nuevamente
era una lucha cerrada entre Fangio y Marimón hasta que éste
último volcó estropeando el diferencial. Le mandaron desde
Santiago y por avión las piezas para repararlo, igual se vio forzado
a perder mas de cuatro horas en el trabajo. Por otro lado, Juan Gálvez
estuvo a punto de desbarrancase teniendo que ser auxiliado para sacar su
Ford de una posición muy peligrosa.
Mientras tanto en carrera,
a partir de la localidad de Barros Luco Esteban Fernandino prácticamente
se “soldó” al paragolpes de Fangio y así se convirtió
en el vencedor de la etapa, en un tiempo de 4:02’15”. Segundo resultó
un recuperado Oscar Gálvez (4:05’38”), tercero Fangio (4:06’28”).
El último de las 55 máquinas que entraron en Copiapó
fue Domingo Marimón, empleando un tiempo de 8:26’17.4”
De esta manera, el clasificador
general sufre una dramática modificación. Pasa Fangio al
primer lugar (25:18’09.2”), segundo Oscar Gálvez (25:37’16.8”) y
Juan Gálvez tercero (25:48’40.2”). El pobre Marimón cae del
1° al 19° lugar, con un tiempo neto de 29:19’51.2”...
El Miércoles 26 es
la última jornada de descanso en suelo Chileno, y se empleara para
recuperar fuerzas, ya que la etapa siguiente es la más dura y temida
del circuito. Los competidores realizaran el cruce de la cordillera de
los Andes por el Paso de San Francisco, a 4748 metros sobre el nivel del
mar y una temperatura estimada de cuatro grados bajo cero. Eso sumado a
que la distancia a recorrer en la etapa es de 1400 Km y el descenso por
la provincia de Catamarca estaría acompañado por una temperatura
aproximada de 40 grados centígrados.
Largan el jueves 27. Desde
la largada, pica en punta Fangio perseguido por los hermanos Gálvez
en sendos Ford’s. Fangio le contó a Roberto
Carozzo:
-Habían arreglado
el camino haciéndolo más ancho. Como yo vengo con un coche
que no tenía mucha fuerza, entonces vengo cortando derecho las curvas,
no voy haciendo el camino. En una de esas cortadas agarro el camino suelto
y se entierra el auto. Me quedé “plantado” ahí, a cuatro
mil metros de altura. El Agua que caía del radiador se congelaba.
Y no podía salir de ahí, el motor no tenía fuerza.
Se paró Oscar Gálvez, hizo algunas pruebas para sacarme y
no pudo. Luego pararon dos o tres muchachos más, hasta que llegó
Rosendo Hernández y dijo que quería pasar. No sé quien
se enojó más, si Oscar o yo. Entonces, le dije: -Andáte
Oscar, porque éste no tiene ningún derecho. Ustedes me sacan
de aquí en “dos patadas”, pero éste quiere pasar, así
que váyanse todos.
Yo había visto
un camión unos kilómetros más atrás y le dije
a Urritia que fuera a buscarlo. Mientras, yo me quedé trabajando
con el crique, levantándolo y poniéndole piedras para hacerle
el camino. Me acuerdo que mientras trabajaba pasó Tadeo Taddia.
Me quiso hablar al pasar, sacando la cabeza por la ventanilla, se ladeó
un poquito y ¡zas!, se enterró también. Después,
con el camión, como a las dos horas, sacamos los autos.
Juan Gálvez es el
próximo en tener inconvenientes, tras un vuelco sin consecuencias
que le hace perder mucho tiempo. Fue auxiliado por José Lorenzetti
y el Chileno Samuel Lancellotti (Hudson)
Otros con problemas fueron
Ricardo López (Ford), Víctor García que se apunó
tras ayudar a Fangio y a Eusebio Marcilla, -éste último accidentado
entre San Francisco y Tinogasta-, Trincavelli, Peduzzi, Maineri y Baltasar
Alaimo.
El primero en clasificar
en Tucumán fue Oscar Gálvez (13:02’05”) a un promedio de
80,322 Km/h. Segundo llegó Víctor García en un tiempo
de 13:54’08” y tercero Daniel Musso 13:59’28”. Fangio llega décimo
a 2:25'08" del ganador. Fernandino sufrió una rotura del diferencial
a la altura de la localidad de La Merced, por lo que se vio obligado a
regresar a Catamarca para poder solucionar el problema.
Curioso, Oscar entró
en Tucumán a las 18:33. A las 23:00 -cierre reglamentario-
solo habían llegado 25 máquinas. Los organizadores extendieron
el horario primero hasta las dos de la madrugada, luego hasta las seis
de la mañana del día siguiente en que finalmente clasificaron
43 pilotos en total.
La clasificación
general quedaba Oscar Gálvez (38:39’22.6”), seguido por García
(40:22’39.6”). Tercero Fangio (40:45’23.2”), luego Pascuali, Hernández
y el resto.
El viernes 28 estaba programado
un nuevo día de descanso luego de la extenuante etapa.
El sábado 29 se larga
desde Tucumán la quinta etapa, lucha nuevamente entre Oscar Gálvez
y Víctor García. En la neutralización de Santiago
del Estero, abandona Marimón “Por problemas mecánicos” aunque
luego el mismo “Toscanito” contaría a varios medios:
Partí de Tucumán
en el 13° lugar y teniendo mi máquina en perfectas condiciones,
pasé a 7 corredores. Luego estuve largo rato detrás del coche
de Musso, no pudiéndolo pasar pues éste no me cedía
lugar hasta que próximo a La Banda, pasé al piloto del coche
N°13. Enseguida la neutralización en esta ciudad santiagueña.
Y veo con sorpresa, cuando se va a reanudar la marcha, que Musso se ubica
adelante. Señalo el error con toda amabilidad y una autoridad de
la prueba me dice: ¡Cállese la boca o no lo vamos a largar!.
Entonces, como no podía ser de otra manera, respondí: El
que no larga soy yo. Y apenado por éste hecho, regresé a
mis pagos.
Y “Toscanito” se volvió
a Cosquín donde fue recibido cariñosamente por su pueblo.
La competencia continuó,
y la etapa fue ganada por el Chileno, que vivía en Rosario y era
ciudadano británico -en una suerte de naciones unidas rodantes-,
el querido Jorge Rodrigo Daly con un Dodge modelo 1946 y con la particularidad
de su vehículo de ser un pesado “cuatro puertas”. El tiempo empleado
por Daly fue de 7:39’58”.
Fangio llega segundo recuperando
tiempo perdido a 5´37” del Chileno, mientras que Eusebio Marcilla
llegó tercero a 8’52”. Oscar Gálvez cuidando el vehículo
frente a las altas temperaturas clasifico 7°, a 34 minutos del puntero.
En la general seguía
primero Gálvez, segundo Víctor García y tercero Fangio
a 1h 38' 30" del primero y a poco más de 14' del segundo.
En esta etapa vuelca Vicente
Alfonsaro (Ar-Cam-Ciel) a la altura de Santiago del Estero y debe ser hospitalizado
junto a su acompañante.
Irónicamente, a la
ciudad de “Resistencia” llegaban solo 38 máquinas de las 97 que
largaron.
El Domingo 30 se larga la
última etapa. Fue en el comienzo una lucha cerrada ente García
y Fangio alternándose estos en la punta. A su vez, Marcilla impone
un ritmo demoledor y los supera a la altura de Calchaquí.
En Rosario, una lluvia muy
fuerte hace que Fangio vuelva a la punta seguido por Oscar y Juan Gálvez,
Musso y quinto Marcilla.
Fangio debe detenerse para
solucionar problemas de distribución -perdiendo más de dos
horas y su tercer puesto en la clasificación general-. Al entrar
en la provincia de Buenos Aires, Juan Gálvez y Daniel Musso discutían
mutuamente la primera colocación.
La etapa es finalmente ganada
por Juan Gálvez empleando un tiempo de 8:05’37”, segundo Musso 8:11’09”
y tercero Eusebio Marcilla (8:13’20.4”). Fangio llegó 17º a
2h 38' 36".
Oscar Gálvez es el
vencedor total de la prueba.
Como
broche de oro:
Ejemplar y hasta emotiva
fue la actuación del último piloto clasificado José
Félix Cafiero y su acompañante Alberto Orlando Luchessi.
Ayudaban con sus brazos, sus medicamentos y sus provisiones a todos los
pilotos en problemas; para luego de desencajar la máquinas “plantadas”
saludar a los pilotos diciendole: –Vallan, nosotros los seguimos detrás.
Lo injusto fue que a estos mismos hombres, Ricardo Lorenzo “Borocoto” los
encontraría en Resistencia buscando lugar para dormir, porque al
llegar tan tarde por su generosidad, no encontraban ningún hotel
con habitaciones disponibles.
UTaC
Team. |