Extracto de
"La
Temporada"
de Jorge Augé Bacqué
Capitulo 10, Año 1956
EL
DOMINIO DE LAS LANCIA FERRARI
Extracto correspondiente
a la sección del Grand Prix Republica Argentina.
Luego del triunfo de Juan
Manuel Fangio en el Campeonato Mundial de Conductores de 1955 y una vez
acallados los ecos de las carreras con puntos de aquel año dos cambios
de singular importancia marcarían el receso hasta el 22 de enero
de 1956, fecha de la primer carrera en Buenos Aires como apertura del torneo
56, sexto capítulo del máximo lauro automovilístico
de pista.
Por un lado se había
concretado el retiro del equipo Mercedes-Benz de las carreras a raíz
del grave accidente ocurrido en las 24 Horas de Le Mans y en el que se
había visto involucrado uno de sus pilotos, Pierre Levegh, quien
murió en el terrible y espectacular choque frente a los boxes y
a las tribunas principales del circuito. A causa de la muerte de uno de
sus pilotos y de la tragedia desencadenada en el circuito francés,
la casa alemana resolvió retirar sus autos de las competencias.
Por su parte el equipo Lancia
que había obtenido la tercera posición en el campeonato de
1955 con Eugenio Castellotti de piloto estrella, también decidía
su retiro de las carreras también con los mismos argumentos de Mercedes-Benz:
la muerte de Alberto Ascari en la pista de Monza sobre un auto sport los
había golpeado duramente.
Pero si bien Mercedes-Benz
no volvería de ninguna forma a las pistas y sus autos serían
venerados a partir de ese momento en el Museo de Sttutgart como los más
altos exponentes de la tecnología de competición; las Lancia
correrían en 1956 bajo la denominación de Lancia-Ferrari
ya que Gianni Lancia se negó a hacer desparacer sus autos y los
entregó a Ferrari mediante un convenio de interés común.
Ferrari se comprometía a reciclar esos autos y hacerlos correr en
la siguiente temporada.
Este esquema que unía
a dos grandes marcas italianas en un mismo auto se presentaba como muy
interesante ya que se opondría a la otra gran marca italiana, la
Maserati.
A la Temporada Argentina
llegaron ambos equipos con muy buena dotación de pilotos y técnicos
y dispuestos, para alegría de la afición local, a brindar
el gran espectáculo que marcaría el inicio de un año
muy competitivo y le daría a alguno de los equipos los primeros
puntos de 1956.
El equipo Lancia-Ferrari
estaba integrado por el Campeón reinante, Juan Manuel Fangio, el
belga Olivier Gendebien, el británico Peter Collins y los italianos
Luigi Musso y Eugenio Castellotti y el argentino José Froilán
González, contratado especialmente para las carreras argentinas.
Sus rivales de Maserati eran nada menos que los británicos Stirling
Moss y Mike Hawthorn, el francés Jean Behra y el argentino Carlos
Menditeguy.
El Lancia era una derivación
del original D-50 con el motor V8 de 2.487 cm3 (73,6 x 73,1 mm) y que había
pisado por primera vez un circuito en 1954 para el Gran Premio de España.
El auto original, al que Ferrari había evolucionado con algunos
toques en las suspensiones, cambios en el chasis y una mejora en la potencia
que había pasado de los 260 HP a los 270 HP a 8.000 revoluciones
por minuto.
Las Maserati 250 ese presentaba
como un auto digno de temer ya que llegaba con un 10% más de potencia
que en la temporada anterior y algunas mejoras en aerodinamia y suspensiones.
La primera prueba se correría
en el Autódromo de Buenos Aires y desde los entrenamientos las Lancia-Ferrari
se revelaron como las favoritas en los tiempos. Tanto lo son que en la
clasificación acaparan los tres primeros puestos de largada con
los autos de Fangio, Castellotti y Musso. Una sóla Maserati está
bien ubicada entre los cinco primeros, es la de Jean Behra que hace un
mejor tiempo que la Lancia-Ferrari de Gendebien. Detrás, Carlos
Menditeguy clasifica la segunda mejor Maserati.
Es Fangio quien pica adelante
en la carrera y mantiene esa posición en las primeras vueltas. Menditeguy
surge desde la tercera fila y se ubica entre los primeros en la primera
vuelta. Musso, en su estela, apenas puede mantener el ritmo de los dos
argentinos, Fangio y Menditeguy. Pero la fatalidad llegaría muy
pronto para el Campeón del Mundo pues su auto acusa problemas en
la bomba de nafta y debe abandonar. Delante de la carrera queda otro argentino,
Carlos Menditeguy seguido por su compañero de Maserati, Stilring
Moss, por Castellotti, Froilán González y Behra. A 50 segundos
del puntero Menditeguy, marchaba Luigi Musso con otra Lancia-Ferrari y
ya sin posibilidades de alcanzar a los punteros. Desde los boxes, entonces,
el equipo Lancia ordana la detención de Musso en la vuelta 21 para
cederle su auto a Fangio con intención de recuperar esos 50 segundos
que le lleva Menditeguy.
El propio Fangio relata en
el libro "Cuando el hombre es más que el mito" de Roberto Carozzo,
los momentos vividos a partir del momento en que tomó el volante
del auto de Musso: "A la cuarta vuelta de andar en el auto de Musso me
voy afuera en la curva de Ascari cuando ya lo había pasado a Menditeguy
y me quedó en el barro porque había llovido la noche anterior.
Para salir de la situación me empujaron Fortunati Firpo y el corredor
uruguayo Asdrúbal Fontes Bayardo. Fortunati Firpo era Comisario
de Pista de la carrera por lo que estaba autorizado a empujarme, pero el
otro no. Las primeras vueltas anduve despacio hasta que se desprendió
todo el barro y esperando que me pusieran la bandera negra. "Bueno, seguramente
estos me van a parar", iba pensando yo porque sabía que me habían
ayudado más de una persona. Pero como nadie me paró le entré
a sacudir. No se todavía como me aguantó el auto. En un determinado
momento probé de salir de la horquilla del mixto piniendo el "primito",
una primera marcha muy corta que se utilizaba sólo en la largada.
Cuando me dí cuenta que hacía el mixto más rápido,
empecé a usar el "primito" todas las vueltas. ¡Había
que ver como levantaba la trompa la Lancia-Ferrari! Lo alcancé a
Menditeguy y empecé a preocuparme porque apuró y no me quería
dejar pasar. "Que error está cometiendo" pensaba yo; no tenía
ninguna necesidad de hacer eso estando una vuelta adelante mío.
Al fin pude pasarlo pero en lugar de quedarse tranquilo quiso seguir mi
ritmo y se fue afuera en el curvón. Se dio un golpe bastante fuerte
contra el alambrado"
El despiste de Menditeguy
se produce en la vuelta 43 y a partir de allí, Fangio comienza a
recuperar posiciones pasando a la Maserati de Jean Behra y a su compañero
de equipo Castellotti. La lucha entre Fangio y Moss es de antología
y las tribunas, repletas, están de pie alentando al argentino. Fangio
en su rol de cazador, baja su propio récord del año anterior
con la Mercedes-benz en ocho segundos. En la vuelta 80, Fangio lo pasa
a Moss y el inglés ve con pánico como estalla el motor de
su Maserati en la dura tarea de mantener la posición.
Fangio llega a la línea
de llegada como el ganador indiscutido… bueno, en realidad discutido por
el equipo Maserati que lo denuncia por haber recibido ayuda externa no
autorizada en su despiste en la curva de Ascari. Pero aunque se crea un
gran escándalo a raíz de esta situación la Federación
Internacional del Automóvil no hace lugar a la reclamación
de Nello Ugolini y Fangio puede compartir sus puntos de la victoria con
Luigi Musso, titular de la Lancia-Ferrari con el que el argentino había
ganado el Gran Premio de la República Argentina.
Por gentileza de Jorge
Augé Bacqué y Automóvil
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