La carrera fue una lucha permanente entre Fangio y González. Se alternaron en la punta hasta que en la última vuelta Fangio lo supera a González y le gana la carrera por tan solo 2 décimas de segundo.
El clasificador final fue: Fangio, González, Landi en las tres primeras colocaciones respectivamente.

UTaC Team.

Luego de terminada la Segunda Guerra Mundial la presencia de autos y pilotos europeos en la Temporada Argentina y la evolución de esos autos en lo que se refería a su potencia y velocidad, fue demostrando con el correr de los años que los circuitos que habitualmente se utilizaban para organizar esas carreras iban quedando desactualizados, sobre todo en lo que se refería al aspecto de seguridad tanto para el público como para los participantes. 

Esa superación también se vivía en las categorías nacionales que se abastecían fundamentalmente de los autos y elementos que quedaban en nuestro país luego de cada serie de carreras internacionales. 

En Buenos Aires, los trazados tipo "parque" como habían sido los de Retiro, Mar del Plata, Rosario y Palermo ya no ofrecían las mínimas seguridades para autos poderosos como los Ferrari, las Maserati o las Mercedes-Benz. 
El hecho también, que Juan Manuel Fangio hubiese obtenido un Campeonato Mundial de Conductores y que la representación argentina en las pistas del mundo tuviese un baluarte como José Froilán González, hizo que el Gobierno Nacional, en aquel entonces en manos del General Juan Domingo Perón, dispusiese la construcción de un recinto concebido especialmente para la práctica del automovilismo deportivo y que debería ser un autódromo como los que comenzaban a desarrollarse en Europa. 

En el punto exacto en que la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires tenían sus límites en un vértice del Bajo Flores, formado por la Avda.General Paz y el Riachuelo, se erigió una de las obras más importantes de la arquitectura deportiva moderna. Y de tal factura fue su proyecto y su construcción que permaneció sin cambios durante más de quince años y hoy en día sigue prestando servicios con diversas actualizaciones. 
Este gran autódromo fue inaugurado el 9 de marzo de 1952 y recibió en su bautismo el nombre de "17 de Octubre". Con los años, el gran escenario del automovilismo argentino cambiaría varias veces su nombre hasta llegar a 1989 en que se lo bautizó definitivamente con el nombre y apellido de uno de los más grandes ases del automovilismo argentino; Oscar Alfredo Gálvez. 

El diseño original del autódromo ofrecía a organizadores y participantes diez circuitos diferentes, tanto en su extensión como en sus características. El circuito uno siempre se lo llamó "perimetral" y tenía una extensión de 3.139,55 metros. El dos tenía 3.912,36 metros, el tres medía 3.934,11 metros, el cuatro se extendía por 4.706,92 metros, el cinco tenía una cuerda de 2.126,31 metros, el seis se desarrollaba sobre 4.208,22 metros, el siete presentaba una pista de2.640,85 m y el ocho, un recorrido de 3.435,41 metros. El circuito nueve era, y es aún, uno de los más famosos e interesantes con sus 3.413,66 metros mientras que el diez tenía un desarrollo de 2.625,01 metros. 

En los años sesenta se agregaron una serie de variantes al concretarse la ampliación que contorneaba el lago. Dos chicanas realizadas tiempo después completaron las obras del autódromo porteño.
Pero pese a que en ese año de 1952 se había logrado llevar a buen puerto la construcción de uno de los circuitos permanentes más modernos y seguros del mundo, la Argentina no tendría una Temporada Internacional como las que había disfrutado hasta ahora y la inauguración de la pista se llevaría a cabo con una serie de carreras con la presencia de pilotos argentinos, uruguayos y brasileños montados en 16 monopostos de Grand Prix de diversas épocas y potencias. 
En estas carreras se destacaba la presencia de Juan Manuel Fangio y José Froilán González con Ferrari ambos, el uruguayo ENTEL Cantón con una Maserati mil quinientos y el brasileño "Chico", también con una Ferrari. Carlos Menditeguy (Ferrari 1500) y Alberto Crespo (Talbot 4500) completaban el elenco de los más importantes volantes. 

La primera de las carreras - que sería acompañada en la programación por otras de Mecánica Nacional Fuerza Libre y Limitada - tuvo un trámite de alto voltaje para los espectadores que colmaron las tribunas flamantes del circuito y también muchas zonas vedadas al borde de la pista. Fangio y González no pidieron ni se dieron tregua con los autos del Automóvil Club Argentino e YPF. Fangio pudo adelantarse a González apenas por dos décimas de segundo. En el tercer lugar se ubicó a 55 segundos el brasileño Landi y con una vuelta de diferencia se ubicaron el argentino Jorge Daponte y el uruguayo Eitel Cantoni. Luego de la prueba internacional, o más bien sudamericana, se llevó a cabo la de Fuerza Libre, carrera que gana Pablo Birger con un monoplaza impulsado por un motor Ford de 100 HP estableciendo un promedio - sobre el circuito cuatro de 4.706,92 metros - de 105,460 km/h cuando Fangio había ganado con 109.576 km/h. 

La tercer carreras de esta jornada inaugural del autódromo fue la reservada para autos sport presentados por el Club de Automóviles Sport. La prueba fue ganada por Adolfo Schwelm Cruz con un Alfa Romeo 3.8 bastante antiguo a quien escoltaron Jorge Caamaño (SIMCA), Carlos Stábile (Healey Silverstone), Roberto Mieres (con un vetusto Mercedes-Benz SSK) y Tomás Mayol con un Alfa Romeo 1900. 

Por gentileza de Jorge Augé Bacqué y Automóvil Sport.