Al ganar la carrera de Fuerza Libre, Fangio queda habilitado para participar en el Gran Premio de Rosario -al otro día- el domingo 2 de Marzo de 1947.

El Chueco sabía que no estaba en condiciones de pelear contra ninguna de las máquinas extranjeras, pero entendía que clasificando por delante de los otros autos de Mecánica Nacional, tenía alguna posibilidad de mostrar sus aptitudes en el volante y que luego fuera convocado en alguna otra oportunidad.

Los tiempos en la clasificación del día sábado, fueron los siguientes:
 

Según los mejores tiempos empleados en recorrer las 20 vueltas de carrera por las dos categorías de Mecánica Nacional quedarían clasificados(*):
 

La cantidad de público que asistió a la competencia del domingo fue notable. “Más del doble de la cantidad que había asistido a los Grandes Premios de Buenos Aires”, decían los medios de la época.

En la largada, Villoresi sufre un pequeño retrazo que lo envía al último lugar. Pero con un ritmo demoledor, en la sexta vuelta ya estaba segundo, buscando a Varzi.
De ahí en más, la competencia fue una lucha permanente entre Varzi y Villoresi mientras el resto acompañaba.
A media carrera, el público comenzó a observar entretenido la lucha sin cuartel que estaban teniendo los “Mecánica Argentina” en el fondo del pelotón. Fangio y Bucci se alternaban en la batalla desde el comienzo sin sacar ninguna ventaja entre ellos. La puesta a punto del Chevrolet –y se puede suponer también la técnica de Fangio- hacia que éste girara más rápido que el Cadillac en lo sinuoso, mientras que Bucci lograba hacer lo suyo en las pequeñas rectas y semicurvas. Lo curioso es que mientras eran superados varias veces por los punteros, -recordemos que terminaron a cinco vueltas de Varzi- el público comenzaba a ovacionar el paso de Fangio y Bucci como si pelearan por la victoria.
Otros con un duelo similar fueron Mario Sassarego y Nanni, que -según Borocotó- iniciaron la carrera con veinte metros de luz y así terminaron una hora y media después y sólo separados por un segundo y cuatro décimas.

La victoria fue para Varzi, seguido por Villoresi. Pero cuando Fangio y Bucci se bajaron de sus máquinas frente al palco de fiscalización, fueron llevados en andas y al mismo tiempo tuvieron calurosa ovación, siendo reconocido por el público el enorme esfuerzo que habían realizado.

Luego de Varzi y Villoresi, entro Oscar Gálvez tercero, –que entendiendo que nada podía hacer para vencer a los italianos, prefirió cuidar su máquina- cuarto Landi –una carrera discreta- y quinto, hay que resaltarlo, Juan Gálvez. Que sobre su modesto Alfa P3 logró un ritmo muy equilibrado durante toda la carrera. El que se llevo el trago más amargo de los argentinos fue Pablo Llano, con muchísimos inconvenientes en su Maserati que lo obligaron a realizar varias detenciones en el Box. Jamás pudo recuperar el tiempo frente a las máquinas de Mecánica Nacional y así llego en última posición.

(*)Nota:

En realidad, la mayoría de las fuentes consultadas mencionan solo tres máquinas Argentinas que corrieron el domingo. (Fangio, Nanni y Bucci).

Por otro lado, parece distinguirse en una de las fotografías del domingo el perfil de “La Betty” de Campos persiguiendo a las máquinas europeas. –ver foto de el Vértigo en el Parque...-.
A raíz de esto y profundizando la investigación encontramos que Alfredo Parga publicó en “Historia de una Pasión” que fueron cinco los pilotos de mecánica nacional que largaron.

Luego también descubrimos que si bien, Jorge Augé Bacqué en “Vértigo en el Parque...” menciona solo tres pilotos, publicó un fragmento del maestro Borocotó en ese mismo texto -que transcribimos al final de nuestro resumen de varias fuentes- donde menciona el duelo cerrado entre Sassarego y Nanni, aludiendo una competencia de una hora y media de duración. Sin lugar a dudas, ésta se trataba de la competencia del domingo, ya que las carreras de Mecánica Nacional duraron aproximadamente 40 minutos. Y Sassarego según la mayoría, jamás largó la carrera de 90 minutos.

Aunque siempre está la posibilidad de la duda, a la lista original le agregamos los pilotos Campos y Sessarego respectivamente porque creemos que sí hubo 5 máquinas de Mecánica Nacional en esta carrera.

Suponemos que hubiese sido injusto no incluir en la carrera principal a Campos luego de haber logrado su victoria con Fuerza Limitada. Quizás -justamente por Campos- a último momento modificaron el reglamento original.

Pero por el momento es solo una especulación .

UTaC Team.

La "troupe" de pílotos y autos de carrera se trasladó a Rosario donde el circuito del Parque de la Independencia estaba dispuesto a recibirlos con la estructura de un clásico trazado "tipo parque" tan común en Europa. Aquel circuito estaba enclavado a pocas cuadras del centro de la ciudad, muy próximo al Hipódromo Independencia y rodeaba con curvas y contracurvas el famoso Rosedal, el Lago y el Club del Ministerio de Obras Públicas sobre un total de 2.811 metros con largada y abastecimientos instalados sobre el tradicional Boulevard Oroño. Allí fue el argentino Pesatti que largó adelante en el momento en que se bajó la bandera de largada. Villoresi, en cambio, tuvo una mala largada y se encontró corriendo en el último puesto en la primera vuelta. Pero para el italiano esa situación era un desafío y comenzó a trabajar en la pista para adelantar auto tras auto ubicándose sexto en la segunda pasada por el control y segundo en la sexta vuelta luego de haber vencido la resistencia de Oscar Gálvez que marchaba en esa posición. La punta le había durado a Pesatti nada más que media vuelta. Varzi lo alcanzó y se fue adelante rapidamente. El Gran Premio Ciudad de Rosario transcurrió con los dos italianos alternándose en la punta pero Varzi esperó hasta la última vuelta en que lo pasó y pasó la raya ganador, devolviéndole a Villoresi la gentileza de la primer carrera en Retiro. La diferencia entre uno y otro fue, aunque invertida en nombres y apellidos, la misma que la de Retiro, un segundo. El intercambio de la punta durante buena parte de la carrera entre Villoresi y Varzi fue motivo de comentario de los periodistas especializados y de algunos corredores argentinos que vieron la carrera desde los boxes. "Dio toda la impresión que jugaron la carrera entre ellos sin ninguna obligación ni riesgo porque no había nadie que los apurara. No fue un mano a mano total como se podría suponer". La prensa también se hizo eco de la situación pero los propios involucrados negaron que su carrera se haya basado en una maniobra pensada. Siempre quedará la duda. 

Detrás de los dos italianos se clasificó Oscar Alfredo Gálvez quien, a una vuelta de la punta, hizo una carrera inteligente al no perseguir a los punteros preservando asi la integridad de su Alfa Romeo. "No podía ganarles porque el circuito no me favorecía. Me quedé atrás conservando el auto. Hubiese podido forzar el motor del Alfa Romeo, acercarme y pelearles, pero seguro que algo me iba a pasar. Preferí conservar el motor y llegar tercero". (Diario Democracia, febrero de 1947). En esta prueba internacional se autorizó la participación de autos de Mecánica Nacional Fuerza Libre y Juan Manuel Fangio se presentó con un Chevrolet Wayne equipado con tres radiadores de agua, con el que se clasificó sexto. Entre los autos nacionales, el segundo clasificado fue el Cadillac de Clemar Bucci, un auto de buena línea y excelente rendimiento. 

En esta serie de carrera hubo que lamentar la muerte de dos grandes deportistas que cayeron durante la jornada de clasificación. El primero de los accidentes tuvo como protagonista al destacado corredor santafesino Emilio Meneghetti. El segundo y fatal accidente quebró la vida de Edison Hortal, joven valor del automovilismo de aquellos años e integrante de una familia de deportistas del automóvil. Ambos accidentes se produjeron en la misma zona, la rotonda del monumento al General Belgrano al impactar los autos contra los árboles que bordeaban el parque. 

Por gentileza de Jorge Augé Bacqué y Automóvil Sport.