Nuevamente en
el frente de batalla.
Fangio sabía que no
estaba en condiciones de adquirir o alquilar una máquina de Grand
Prix para la prometedora competencia que se organizaba en Buenos Aires,
por eso se alegró de sobremanera cuando anunciaron que la carrera
sería telonada por dos competencias de mecánica nacional,
una de Fuerza Limitada y otra de Fuerza Libre. Los tres primeros de cada
competencia estarían habilitados para largar una final, y el ganador
de la final quedaría habilitado para largar el Gran Premio principal.
El problema consistía en que había muy poco tiempo para preparativos.
Fangio había adquirido junto a sus amigos, un "Ford T" preparado
para correr que había sido piloteado en un par de oportunidades
por José Celestino Rentería.
Su objetivo no era solamente
pasear con el auto, sino tener la posibilidad de largar la competencia
central. Es entonces cuando le pide a su hermano "Toto" que estudie la
posibilidad de colocar un motor de camión Chevrolet de 3916 cc de
cilindrada -de esos que habían sido utilizados en la guerra-
sobre ese chasis.
Fangio reconocía que
era un híbrido ya que el motor era tan largo que apenas cabía
en el chasis, de modo que habían agujereado el piso del habitáculo
por donde asomaban los tres pedales, a los que había que presionar
como un órgano de iglesia, en lugar de empujar hacia delante. En
forma unánime quedó bautizado como "La Negrita" y quedó
listo para debutar.
Lo probaron en la ruta al
anochecer, y cuando vieron que la máquina estaba en condiciones
de correr, la cargaron a un camión “guerrero” de su propiedad y
se dirigieron directamente a Buenos Aires, sin dormir.
Llegaron sobre la hora y
no pudieron hacer las pruebas de clasificación por lo que largó
en la última fila de la serie. En la tercera vuelta se ubicó
tercero, posición que mantuvo hasta el fin, no obstante algún
problema de temperatura en el motor del auto. A continuación se
realizó la final a 15 vueltas donde volvió a clasificar tercero
a 32" del ganador Bucci y detrás de Edison Hortal (Quien 15 días
después, en Rosario tendría un grave accidente que derivaría
en la muerte del piloto).
Esta tercera posición
lo dejó fuera de la carrera de Formula Libre que se realizó
al día siguiente con la presencia de los famosos pilotos italianos
Achille Varzi y Luigi Villoresi.
El problema de temperatura
era muy evidente. El radiador original del chasis Ford no estaba preparado
para enfriar un motor tan potente como lo era ese Chevrolet. El que tendría
que colocarse con ese motor sobresalía medio cuerpo fuera del chasis,
por lo que era imposible adaptarlo. Comprar un radiador de un tamaño
lógico para este vehículo y que refrigerara tan bien como
el que traía original sería una solución demasiado
costosa para las posibilidades del momento.
Sin respuestas, se vuelven
a Balcarce para estudiar una solución convincente al problema de
temperatura, antes de la próxima competencia en Rosario.
UTaC
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