La guerra y la
paz.
El 2 de abril –feriado, jueves
de Semana Santa- se larga la competencia Mar y Sierras. Una carrera organizada
por la Comisión de Turismo de Mar del Plata, para promover el turismo
en esta zona fuera de la temporada de verano. Había sido programada
originalmente para el 29 de marzo pero debió ser postergada por
fuertes tormentas que azotaron la zona.
Fangio utilizara su Chevrolet
40 por última vez, y será también la despedida deportiva
de Antonio Elizalde como acompañante del Chueco.
La competencia era una sola
etapa con la largada en Mar del Plata. Luego atravesaban Villa Gesell,
Ayacucho, Balcarce, Tandil, Coronel Pringles, Energía, Necochea
y regresaban nuevamente a Mar del Plata en un recorrido total de 934 km.
Se anotaron 34 corredores
y Fangio largó en el lugar 16º.
El número 1 le perteneció
a Domingo Pedro Alcuaz, que corría con un Ford preparado en Balcarce
y era acompañado por el balcarceño Enrique "Toto" Finocchietti.
Este será el rival a vencer prácticamente durante toda la
prueba.
A la hora de largar todavía
era de noche y para peor había bancos de niebla. Fangio superó
a 15 máquinas antes de llegar a Balcarce y entró a su pueblo
natal a tan solo 10 segundos de Alcuaz, vitoreado por su publico. Se mantuvo
detrás cauto, pero Alcuaz aceleró y llegó a sacarle
casi 7 minutos cuando entraron a Necochea. En esta ciudad es donde Alcuaz
pierde toda chance al retrasarse por inconvenientes en la caja de cambios,
dejando el camino libre. Fangio aprovechó llegando primero con más
de 15 minutos sobre el segundo Juan Gálvez.
Antonio Pugliese y su acompañante
Julio Rial sufrieron un vuelco espectacular, y por las lesiones debieron
ser hospitalizados.
Fangio recordaría
de la competencia:
Se larga desde Mar del
Plata, frente al Parque Camet, a las seis de la mañana. En el mes
de abril, a esa hora es de noche. En el sorteo me había tocado el
número 16. Alcuaz, que conocía bastante bien la zona, largaba
con el número 1; Juancito Gálvez con el 5. ¿Cómo
hacía yo para adelantarme? Esa era mi preocupación. La carrera
tocaba Balcarce y yo quería tener un buen desempeño, pasar
primero si era posible, pero, ¿cómo hacía yo? Ellos
tenían libre el camino y yo no. La tierra, la noche y la niebla
son una mezcla muy fea. Apenas salimos de Mar del Plata enciendo la luz
y no veía nada. Se me ocurre apagar la luz y me acostumbro a la
oscuridad. Adelante veo una masa oscura rodeada de una aureola más
clara. Es la luz de los faros de uno de los coches que ha largado
delante de nosotros, atenuada entre la polvareda y la niebla, que no se
disipaban, que flotaban pesadamente en el ambiente. Entonces yo me venía
muy fuerte hasta ahí, hasta ese bulto oscuro. Cuando estaba encima
me hacía a un costado y apenas pasaba ese montón encendía
la luz para pasar rápido. Así los iba relegando... A algunos
no alcancé a pasarlos, estaban metidos dentro de los campos, volcados
a veces. Era muy difícil correr en esas condiciones. De todos modos
seguí pasando autos con ese método. Ya estábamos cerca
de Villa Gesell cuando comencé a pasar otro. Me le puse al costado,
enciendo las luces y encuentro que el coche está derecho,
apuntando a un puente de hierro y cemento... Un metro más a la izquierda
o un metro más a la derecha y mi carrera deportiva se termina en
1942...
...Antes de Necochea,
donde había una neutralización de media hora, yo ya le venía
ganando a Alcuaz por tiempo, pero en Energía había
unos pantanos. Yo venía corriendo muy ligero, pasándolos
derecho, sin esquivar ninguno, hasta que en uno siento un golpe muy fuerte
y noto que para un costado el coche no respondía. Me doy cuenta,
paro y veo que tengo la hoja maestra rota. Entonces, el chasis se había
corrido. Como no me faltaba mucho, voy despacio hasta Necochea y Alcuaz
me saca tres minutos de ventaja. En la neutralización le dije a
mi acompañante que se encargara de la Nafta y del resto del auto,
que yo, con tres personas que pedí que me ayudaran, iba a cambiar
el elástico trasero. El paragolpes trasero de la cupé era
la hoja maestra y la segunda, así que en un rato armamos el elástico
y lo cambiamos. Fuimos hasta la largada y nos bajaron la bandera sin que
Alcuaz hubiera aparecido. Después, Toto me contó que Alcuaz
había llegado a Necochea con la caja rota. Trataron de "pescar"
el diente dentro de la caja. Pero no pudieron. Entonces, agregaron aceite
nuevo y éste, muy viscoso y frío, levantó el diente
roto y trabó la caja de cambios... Si la hubieran cambiado... (1)
Argentina parecía
vivir en otro mundo, la guerra ya llevaba más de dos años
y todavía continuaba organizando carreras.
El racionamiento no estaba
muy lejos, ya que las carencias eran cada vez mayores. Algunas líneas
de micros, ante la falta de neumáticos, comenzaban a circular por
las vías del tranvía. Se imponían las más rigurosas
restricciones en materia de combustibles, cubiertas y toda clase de repuestos.
Ante estas realidades Fangio
cierra su carrera de preguerra y no volvería a correr hasta después
de terminada la contienda.
Sin carreras, el chueco
sobreviviría exitosamente todos estos años con la comercialización
de camiones por el precio de los neumáticos.
UTaC
Team.
(1)Extractos de Cuando
el hombre es más que el mito, de Fangio y Carozzo. |