Gran Premio Republica Argentina.

La serie de carreras de Argentina constituiría una nueva demostración de Juan Manuel Fangio quien en ese año había decidido volver a la casa Maserati luego de haber pasado el año anterior en la Scuderia Ferrari. 
Ahora, a Fangio le tocaba estar junto a Behra, Harry Schell y Carlos Menditeguy sobre los mismos 250F. En Ferrari los nombres eran tan notables como en Maserati por lo que se esperaba una gran lucha entre los dos equipos italianos. La sola mención de los nombres de Meter Collins, Mike Hawthorn, Luigi Musso, Maurice Trintignan, Césare Perdisa, Eugenio Castellotti, Alfonso de Portago y Wolfgang Von Trips en el equipo del Cavallino Rampante hacía presagiar la gran confrontación de ese año por el Campeonato Mundial de Conductores. Y no todo terminaba allí ya que dos equipos británicos estarían dispuestos a buscar su lugar con Jack Brabham y Roy Salvadori sobre los Cooper y Stirling Moss y Tony Brooks a borde de las Vanwall. 
Pero en nuestra carrera, Ferrari y Maserati serían los únicos equipos encargados de dar vida al primer espectáculo del año, hasta con Moss a bordo de una Maserati. 

La Ferrari presentaba en Buenos Aires sus autos con un desarrollo del motor V8 con mayor potencia y un nuevo desarrollo de chasis en relación a lo visto el año anterior. 
Maserati había traído a Buenos Aires sus probadas 250F con mejoras en el múltiple de admisión y en el de escape con lo que habían logrado 290 HP, algo más que las Ferrari. 
"La Maserati 250F de aquel año era más liviana y muy equilibrada. Uno podía hacer cualquier cosa con ese auto". Fangio definía de esta manera las primeras impresiones que le había producido el auto cuya primera versión había manejado años atrás. 

Las Maserati se revelan más veloces que las Ferrari y Moss, Fangio y Jean Behra largan adelante mientras que la mejor Ferrari, la de Castellotti lo hace en el cuarto lugar. 
Pero los acontecimientos se desencadenan rápidamente y en la primera vuelta Stirling Moss sorprende a su propio equipo al parar con problemas en la dirección. Fangio no puede hacer andar a pleno su auto y se retrasa mientras el francés Behra se ubica en el comando de la carrera asediado por Castellotti. 
Fangio apenas puede sostener la marcha de la Ferrari de Hawthorn cuando Peter Collins los pasa a los dos y se va a integrar el grupo de los líderes. Las dos Ferrari, con Collins y Castellotti al volante, puntearon un rato pero fueron mermando su rendimiento y quedándose. Entonces fue cuando la punta quedó en manos de Behra muy marcado por Fangio. El argentino había sufrido varios inconvenientes ya que se había olvidado de cerrar la persiana del radiador y el motor trabajando en frío no rindió en la primera mitad de carrera y luego se le rompió un amortiguador, lo que hacía muy difícil el manejo de la Maserati. 

Faltando diez vueltas para la finalización del Gran Premio, las dos Maserati paran a cargar nafta en los boxes y la de Fangio sale adelante, ganando la carrera. Ese día, la victoria de Fangio no lo dejó conforme pues su mejor vuelta había estado por debajo de las que habían marcado Moss, Behra, Castellotti, Hawthorn y Collins. 

Por gentileza de Jorge Augé Bacqué y Automóvil Sport.