Extracto de
"La
Temporada"
de Jorge Augé Bacqué
Capitulo 8, Año 1954
FANGIO,
TRINTIGNANT Y LOS PRIMEROS MIL KILOMETROS
Extracto correspondiente
a la sección del Grand Prix Republica Argentina.
Con la Temporada Argentina
de 1954 se producían dos hechos importantes. El primero de ellos
era que en Buenos Aires, un hecho ya natural, comenzaría el Campeonato
del Mundo. El segundo, en cambio, aportaba al Grand Prix de la República
Argentina un nuevo ingrediente como era el nuevo reglamento técnico
de la Förmula Uno que autorizaba a los motores aspirados de hasta
2.500 cm3 y a los equipados con compresor hasta 750cm3.
Aunque los tres equipos más
importantes y fuertes de la máxima categoría habían
asgeurado su participación hubo una gran decepción para los
aficionados argentinos cuando se anunció que no vendrían
a la Argentina dos de los grandes animadores de nuestras carreras como
eran Alberto Ascari y Luigi Villoressi que a último momento habían
dejado la Scuderia Ferrari para pasar a militar en Lancia. Maserati anunció
que estaría presente con seis autos en Buenos Aires, dos de ellos
experimentales con puente De Dion y todos equipados con los motores de
dos litros y medio. Sus pilotos eran el Principe Bira, Luigi Musso y los
argentinos Fangio, Daponte. Mieres y Marimón.
Ferrari por su parte aportó
a la carrera cuatro autos oficiales destinados a Mike Hawthorn, Giuseppe
Farina y Umberto Maglioli. La cuarta Ferrari fue entregada a José
Froilán González y pintada con los colores distintivos de
nuestro país en las pistas, azul y amarillo. La escuadra más
reducida fue la de Gordini, siempre modesta y esforzada, que llegó
al Puerto de Buenos Aires con tres autos elaborados sobre la base de los
chasis de Fórmula Dos y motores de 2.500 cm3. Sus pilotos serían
Jean Behra, Ellie Bayol y Loyer,
Los particulares - hoy día
un concepto imposible de considerar en la F.1 - eran Maurice Trintignan
y Louis Rosier (Ferrari 2),Emmanuel De Graffenried (Maserati 2500) y Harry
Schell (Maserati dos litros).
El Automóvil Club
Argentino había previsto una "prima de partenza" de 2.500 dólares
para cada participante y una escala de recompensas que reconocería
35.000 pesos al ganador y 28.000 a su escolta en el Gran Premio de la República
Argentina. Los tres equipos rivales ofrecían potencias muy similares
las que, hacía suponer, harían bastante dura la puja por
ganar. Las Maserati dos y medio entregaban 235 HP en sus seis cilindros
mientras que las Ferrari declaraban en sus fichas 225 HP y el Gordini 210
HP.
En cuanto a las cubiertas,
un elemento de gran valor en aquella carrera argentina debido al extremo
calor ambiente y sobre el asfalto y a la humedad, Ferrari y Maserati utilizaban
Pirelli Corsa o Stelvio y Gordini las menos conocidas y experimentadas
Englebert.
A todo esto, los boxes del
Autódromo estaban repletos de rumores sobre todo elucubrando sobre
el futuro Alfa Romeo, el Mercedes V8 dos litros y medio carenado y el Lancia.
En esta carrera cabe consignar
un hecho singular ya que habiédose previsto la largada del Gran
Premio para el 17 de enero, los autos llegaron al puerto de Buenos Aires,
sólo tres días antes en el barco Giulio Cesare con lo cual
a muchos de los pilotos, en especial a los argentinos, les fue muy dificil
tomar contacto con autos de una fórmula nueva y sobre un circuito
al que se le había invertido el sentido de giro.
El mejor tiempo para la
carrera lo hizo Farina circulando en el sentido inverso al sentido de las
agujas del reloj, tal como se correría luego la carrera.La estrategia
de Farina para hacer el tiempo fue cargar su tanque con sólo 20
litros de combustible. Detrás de Farina se ubicaron Froilán
González y Fangio.
La movida inicial del Gran
Premio de la República Argentina fue con Farina picando adelante
y con Fangio a su cola, ambos tratando de alejarse de Mike Hawthorn, Onofre
Marimón y De Graffenried. Louis Rosier siguió de largo en
la primer curva quedando enrredado en el alambrado su máquina y
él mismo con un corte en un labio.
En las primeras vueltas
Farina se distanció de Fangio y de Hawthorn pero Froilán
González, que se había retrasado en la largada inició
un impresionante trabajo de persecusión que le permitió llegar
a la punta en la vuelta catorce. Un hecho sin duda heróico y que
definía el espíritu combativo de "Pepe". Fangio, con su carga
completa de combustible en su auto, ya de por sí más pesado,
no podía acercarse a la punta.
Nada cambió demasiado
hasta que en la vuelta 31 comenzó la lluvia caer sobre Buenos Aires.
El primero en reaccionar frente a la tormenta fue Froilán González
que inmediatamente se detuvo en su box a cambiar sus antiparras por una
visera integral. Esa parada lo envió al cuarto lugar con Hawthorn,
Farina y Fangio delante de su veloz Ferrari. Fueron muchas las paradas
para cambiar rodado apto para correr sobre el agua y por ello la carrera
cambió varias veces de propietario.
González estaba en
un gran día y en cuanto paró la lluvia y se secó el
piso comenzó a recuperar terreno hasta sacarle cuatro segundos de
ventaja a Fangio. Pero Farina, en la vuelta 68, logró alcanzar a
González. Es en ese momento en que Juan Manuel Fangio, que marchaba
tercero a la expectativa, entra al box, cambia los neumáticos, se
coloca la visera y comienza un trabajo espectacular buscando la punta.
Fangio alcanzó primero
a González y luego se puso a la cola de Farina para ponerse adelante
de la fila india en la vuelta 72. Allí se quedaría el genial
argentino hasta que la bandera a cuadros lo consagrara ganador. Detrás
de él se ubicaron Farina, González, Trintignan, Bayol, Schell,
Bira, De Graffenried y Maglioli.
El triunfo de la Maserati
en el Gran Premio de la República Argentina convertía a la
segunda carrera, el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires, en la oportunidad
para que Ferrari hiciera sonar el tiempo de la revancha y eso aunque fuese
una carrera sin puntaje.
Por gentileza de Jorge
Augé Bacqué y Automóvil
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