Después del prolongado “impasse” que provocó el accidente de  Monza el 8 de junio de 1952,  Fangio reapareció en el Gran Premio de la República Argentina el 18 de enero de 1953. 
Hasta principios de julio había intervenido en 11 competencias entre monopostos y autos sport, debiendo abandonar en 6 oportunidades.  Fue un año que apareció como oscuro en su campaña, pero impensadamente apareció su primer victoria en Suiza, donde compitió en la III Carrera Internacional Cuesta de la Vue des Alpes, prueba no tradicional para el balcarceño, ya que es la única trepada de montaña que presenta en su historial.
Probablemente haya sido su amigo y compañero de equipo Emmanuele “Toulo” de Granffenried quien lo haya tentado a competir en esa prueba y ambos lo hicieron con la Maseratti A6GCM de 2.000 cc. con las que competían en las carreras oficiales de F2 de ese año. En la oportunidad Fangio utilizó el auto pintado con los colores argentinos, que habitualmente conducía Onofre Marimón.

La competencia estaba dividida en categorías Turismo, Sport y Carrera y alguna subcategoría Damas, para aquellos casos en que intervinieran pilotos femeninos. Y todos los competidores debían recorrer el trazado en dos oportunidades, o sea dos ascensos.
Las dos Maserati integraron el Grupo III de la categoría Carrera, reservada para máquinas de 1.500 a 2.000 cc.
Fangio estableció en su primer intento un tiempo de 4m47s.a un promedio de 125,436 Km/h. Posteriormente se disputó el grupo IV donde el volante inglés Ken Wharton., especialista en trepadas y varias veces campeón europeo de la especialidad, igualó el tiempo del argentino, pero con un ERA de 2.000 cc. con compresor.

Ya se presagiaba una ruda lucha entre ambos contendientes para el segundo ascenso y llegado su turno Fangio bajó su registro en 6/10 estableciendo 4m.46s.4/10, a un promedio de 125,698 Km/h. Wharton no pudo cumplir su cometido al presentar problemas su auto que lo obligó a abandonar.
Después del tiempo establecido en el primer ascenso los pilotos Pierre Didishiem, Harry Schel y Louis Chiron decidieron no participar. 

Al mismo tiempo Fangio se hizo acreedor al premio establecido al Mejor Tiempo de la Jornada y por ende de la Carrera, superando a máquinas de mayor cilindrada y estableció un nuevo récord para la Clase y Categoría y récord absoluto de la Trepada.

A pesar de tratarse de un logro importante el argentino nunca le dió trascendencia a ésta carrera.
Con posterioridad a esta carrera recién sobre el fin de temporada pudo ganar con el Alfa Romeo Spyder en Merano, con la Maserati en los GGPP: de Monza y Módena y con el Lancia D-24 en la Carrera Panamericana.

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Por supuesto que ésta carrera también cuenta con la consabida anécdota, que se produjo recién un año después. En el libro”Joaquín Palacio Power, una vida de piloto”, se comenta que el volante español, que era habitué a las trepadas, se encontró en 1954 con Fangio en Barcelona y con el objeto de enseñarle su Pegaso subieron la cuesta de la Rabassada. Por supuesto la conversación giró sobre fierros, y aquel preguntó porque con su máquina de 2.900 cc.con compresor su mejor tiempo en Vue des Alpes fue de 5m.18s.3/10, contra los 4m.46s.4/10 del ganador, con  900cc menos y sin compresor. La respuesta muy campechana, propia de Juan Manuel, no se hizo esperar: “mirá hermano, un caballo nunca galopa de costado”, en evidente referencia al exceso de derrapes del español, que le hacían perder mucho tiempo en las curvas. Había un motivo por el cual aquel Pegaso no galopaba.

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