Extracto del libro
EL
GRAN PREMIO DE PAU
1899-1960
de Pierre Darmendreil
Capitulo 14
1949.- EL NACIMIENTO
DE UN FENOMENO
El 18 Julio de 1948, un hombre
pequeño y taciturno, de ojos muy claros, había venido de
su lejano país para participar en el Gran Premio del ACF en Reims.
Inscrito con Maserati, se encontró sin volante en la víspera
de la carrera y fue finalmente con una Simca del Equipe Gordini con la
que pudo tomar la salida primero en la Copa de las pequeñas cilindradas
y después en el Gran Premio del ACF. Tuvo que abandonar en las dos
carreras pero no sin antes firmar el segundo mejor tiempo en las pequeñas
cilindradas. Su prestación en mitad del pelotón de la Fórmula
1 casi no llamó la atención y en vano ha de buscarse su nombre
o su foto en los periódicos de la época. Partió para
su país para no volver a Europa hasta marzo de 1949; pero entonces,
enseguida, una carrera y una victoria, en San Remo el 3 de Abril y de pronto
el nombre del pequeño hombre se volvió célebre: era
Fangio. Se puede hablar verdaderamente de fenómeno a propósito
de esta popularidad inmediata porque, si bien es cierto que en San Remo
todos los observadores se mostraron asombrados por la técnica y
el virtuosismo del recién llegado, también es verdad que
su origen "exótico" reforzaba el interés que provocó,
siguiendo la tendencia habitual de atribuir cualidades especiales a lo
que viene de lugares lejanos. Fangio probará evidentemente que en
su caso esta perfectamente justificado el hacerlo y la primer oportunidad
que tiene para ratificar su reciente aureola y su naciente reputación
es en Pau, donde va a disputar su segunda carrera europea de la temporada
de 1949, en donde lo acompañará su compatriota Benedicto
Campos.
Habrá desgraciadamente
un gran ausente este año: el de quien había uno de los mentores
de Fangio durante la Temporada Argentina de 1948, Wimille, quien se había
matado el 28 de enero durante los entrenos del Gran Permio General Perón
en el parque Palermo de Buenos Aires. El automobilismo francés había
perdido al que entonces se consideraba de manera oficiosa el mejor piloto
del mundo. La parrilla, por otro lado, estaba contituida como en los dos
años precedentes por Maserati, Talbot-Lago y Simca-Gordini
en manos de pilotos o escuderías privadas.
Por Maserati: Los argentinos,
bajo el nombre de Squadra Aqulle Varzi, pilotarán 4CLT/48 de 1500
cc con doble compresor y un chasis tubular conocido con el nombre de "San
Remo" tras la victoria conseguida allí en su primera participación
el año anterior. Los coches han sido pagados por el Automobil Club
Argentino por lo que el nombre de la escudería merece una somera
explicación: el gran piloto Aquille Varzi, durante las Temporadas
Argentinas, habia trabado estrecha relación con algunos pilotos
nacionales. Tras su accidente mortal en el Gran Premio de Suiza, su padre
había puesto a disposición de los argentinos los equipamientos,
logistica y talleres que Varzi tenía en su propiedd de Galliate,
Italia.
La escudería Platé
alineaba dos coches, un 4CLT/48 para De Granffenried y un viejo modelo
4CL para Pagani.
Chaboud, ahora independiente,
pilotará su viejo 4CL personal.
Por Talbot, no menos de seis
ejemplares de la Talbot-Lago estará allí:
De un lado, encontramos el
modelo T 26C de Gran Premio comercializado en pequeña seria desde
el año anterior,dotado de un motor de 4'5 litros atmosférico
como los monoplazas de 1939, pero con doble arbol de levas y culata semiesférica.
Estos nuevos Talbot pueden alcanzar 240 CV. La Escurie France alinea dos
para Chiron y Mairesse. El siempre jóven Fifí Etancelin,
Rosier y Levegh acuden con sus autos privados mientras que Giraud-Cabantous
participará con el de su amigo Grignard.
Por otra parte, hay dos Talbot
que no son T 26C. Harry Schell ha recuperado un monoplaza de antes de la
guerra, ahora decorado con los colores americanos, azul y blanco;
y Pozzi inscribe una T 150SS de 4'5 litros recarrozada para carreras que
ya tenían antes de conducir la T 150C de 1948.
Finalmente, Gordini inscribe
dos 1430 cc para Manzon y Trintignant que hace su reaparición tras
su terrible accidente en el Gran Premio de Berna de 1948 donde se le llegó
a dar por muerto. Sin embargo, "Petulet" va a correr literalmente "como
un descosido" ya que no hace mucho que se ha desembarazado de sus "costuras".
En cuanto a Manzón se trata de otro meridional que ha tenido sus
primeras experiencias con Cisitalia.
Ninguna novedad a señalar
con respecto al circuito salvo que son agrandadas las tribunas ya que hay
buenas razones para creer en el Gran Premio va a ser un gran éxito.
Como buen profesional, Fangio
efectúa un reconocimiento del circuito el viernes por la tarde a
bordo de una Nash de turismo y enseguida considera el trazado más
duro que el de San Remo, lo que no le impide anunciar su clase desde los
primero ensayos. Lo espectadores presentes se dan cuenta de ello y son
rápidamente seducidos por el virtuosismo del argentino. Verdaderamente
este Fangio promete mucho. En la segunda sesión se acerca ¡a
5 décimas del "récord alemán" de la pista (1.47'10)
con un coche dos veces menos potente que los Mercedes de 1938-39¡.
Sus adversarios nada pueden oponer y el pelotón de los Talbot queda
relegado 4 segundos por detrás. Campos está a dos segundos
de su compatriota. Solo De Graffenried parece capacitado para inquietarlo
seriamente, aunque Chiron puede tener algo que decir ya que su Talbot no
hará parada de reavituallamiento al contrario que las Maserati.
En cuanto a la vieja Talbot de Harry Schell responde bien al apelativo
de "toro de fuego" ya que sufre un principio de incendio en cada sesión.
Pero Harry conserva la calma y hace buen uso del eficaz extintor.
El lunes, dos horas antes
de la salida prevista para las 14.30h, una masa todavía más
enorme que en los años precedentes acaba de instalarse y toma un
bocado tranquilamente. Los rincones con sombra son muy buscados porque
si ya hacía calor durante los ensayos, hoy es una verdadera canícula,
lo que por otro lado va a repercutir en la carrera donde los pilotos de
los incómodos Talbot sufrirán particularmente.
Con algo de retraso, son
ya las 14.35 cuando se forma la parrilla:
CAMPOS
Maserati nº6
1'49''3
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GRAFFENRIED
Maserati nº12
1'48''6
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FANGIO
Maserati nº4
1'47''3
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CHIRON
Talbot nº20
1'51''2
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PAGANI
Maserati nº14
1'51'1
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CHABOUD
Maserati nº8
1'51''8
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ETANCELIN
Talbot nº2
1'51''3
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ROSIER
Talbot nº24
1'51''2
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GIRAUD-
CABANTOUS
Talbot nº28
1'57''8
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LEVEGH
Talbot nº30
1'53''7
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TRINTIGNANT
Simca nº16
2'01''8
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POZZI
Talbot nº10
2'00''1
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SCHELL
Talbot nº26
1'59''2
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MANZON
Simca nº18
2'24''6
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MAIRESSE
Talbot nº22
2'01''8
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Se guarda un minuto de silencio
en memoria de Robert Benoist y de Wimille. Después Charles Faroux
da sus últimas instrucciones a los pilotos que en seguida se acomodan
a bordo de sus vehículos. A un minuto de la salida se ponen en marcha
los motores con un estruendo ensordecedor. Faroux desgrana los últimos
segundos con los dedos y luego baja la bandera. Son las 14.50. El volumen
sonoro se infla todavía más mientrs que Fangio se lanza en
cabeza seguido por sus compañeros de la primera línea. La
salida se supera sin incidentes aunque es un primer giro agitado: los altavoces
afirman que De Graffenried se ha hecho con el mando en la curva del
Casino y sin embargo es de nuevo FAngio quien surge en cabeza al
primer paso por meta, seguido de Graffenried, Campos, Chiron, Pagani, Etancelin,
Chaboud, Rosier, Schell, Mairesse, Levegh, Giraud-Cabantous, Manzon, trintignant
y Pozzi.
De entrada los tres mejores
Maserati se destacan ligeramente mientras las paradas en boxes se empiezan
a ser numerosas. El calor afecta a las bujias, Chaboud primero y Schell
y Etancelin después deben ir parando para cambiarlas.
Estas primeras vueltas son
bastante movidas: en la quinta, Etancelin hace estremecer al público
yéndose directamente contra las balas de paja en la curva de la
estación mientras los espectadores que se situan detrás de
ellas huyen despavoridos. Poco después en la misma curva Manzón
se marca una excursión zigzagueante por el terraplen y la acera
interior. En el séptimo giro, Campos entra en el Stand con un neumático
pinchado, probablemente a consecuencia de un choque contra algún
bordillo.
Las paradas se multiplican:
Mairesse, Giraud-Cabantous, Levegh: El calor termina imponiendo tarde o
temprano el cambio de bujías a los pilotos Talbot. Chiron sin embargo
mima su mecánica y se mantiene por el momento pegado a los líderes
Fangio y de Graffenried. En la vuelta 11, Mairesse y Etancelin abandonan.
El último, tras el choque de la estación había roto
sus amortiguadores traseros y seccionados varios conductos. Eso había
sido demasiado incluso para el valiente "Fifí".
Mientras Fangio, Graffenried
y Chiron ruedan agrupados alejandose cada vez más de Pagani y Rosier,
Campos efectua una soberbia remontada entre participantes sensiblemente
más lentos que él. Siguen produciendose numerosas paradas
en la linea de meta: Schell, Pozzi y Levegh.
La lucha continua siendo
cerrada en cabeza hasta la vuelta 20. Después Chiron comienza a
perder terreno progresivamente y diez vueltas más tarde ya tiene
35 segundos de retraso sobre Fangio que comienza igualmente a despegarse
de Graffenried.
Fangio se adueña de
la prueba y puede admirarse entonces su concentración al volante.
En esta época en la que los corredores no son todavía "pilotos
sin rostro" disimulados por los cascos integrales, sus expresiones son
parte del expectáculo: la mueca de asco de Farina, los ojos semicerrados
de Villoresi, las mímicas de Chiron, la pipa con la que el Conde
Trossi llegó a fumar en carrera, eran signos distintivos que alimentan
la leyenda de este deporte. FAngio, que con frecuencia cuando caminaba
a pie parecía distante o enfurruñado, puesto al volante era
una máscara impasible, mirada inmóvil, labios apretados,
que contrastaba con su virtuosismo y su rapidez de reacción. Entre
la vuelta 30 y la 40 Fangio mantiene un ritmo fuerte constante que relaga
a Graffenried, siempre segundo, a 30''. Schell abandona finalmente su calvario
particular. Levegh y Pozzi se detienen nuevamente.
En la vuelta 42 Fangio talona
al tercero, Chiron, a quien va a sacar una vuelta, cuando éste último
se detiene en su stand victima de un principio de insolación. Deben
tenderlo sobre la hierba de detrás de los stands desde donde no
para de reclamar aire e hielo.. Mairese toma su lugar al volante de la
Talbot nº20. Grinard, por su parte, sustituye a Giraud-Cabantous que
tiene los pies quemados. Paradas, desfallecimientos psiquicos, abandonos,
la carrera es muy exigente y Pagani y Pozzi terminan abandonando.
En la vuelta 57 comienzan
los reavituallamientos, siempre muy esperados porque relanzan el interés
de la carrera: es Fangio quien se reabastece primero en 1'7''. De Graffenried
pasa momentaneamente en cabeza pero el argentino pero el argentino sale
pisándole los talones y ¡le recupera 10 segundos en 2 vueltas!
En ese momento el suizo conserva otros diez segundos de ventaja pero debe
reavituallar de todas formas en la vuelta 62. Lo hace en 55'' apenas; pero
Fangio a recuperado el liderazgo y ya lejos, delante, continua imponiendo
su ley.
El otro argentino, Campos,
ha remontado mientras tanto hasta la cuarta plaza tras un Rosier siempre
muy solido.. Los pequeños Simca, menos fatigosos de conducir que
los Talbot juegan bien sus opciones con Trintignant en sexto lugar. En
cuanto a Chiron, que a retomado el volante de su Talbot, está de
nuevo en plena forma y lo encontramos en la quinta plaza. En el giro 64
es Rosier quien debe parar para aliviar sus pies quemados por la caja de
cambios y es Chaboud, sin volante desde hace muchas vueltas, quien lo reemplaza.
El calor sofocante continua castigando a los más resistentes.
Desde entoncas hasta la vuelta
80 es Chiron quien se muestra más rápido. Su tratamiento
de hielo debe haber sido eficaz porque consigue adelantar a Trintignant
y se aproxima a Campos que marcha tercero. De Graffenried está a
45-50'' de Fangio cuando se produce un golpe de teatro: En la vuelta 91
el argentino se detiene para reponer aceite, lo que hace rápidamente;
pero cuando los mecánicos quiere poner en marcha el monoplaza, el
motor se queda mudo. Los segundos pasan, De Graffenried se aproxima...
entonces Fangio tiene un gesto que va a potenciar aun más su naciente
fama: baja del coche, empuña la manivela y con un tremendo golpe
de brazo que despega la Maserati del suelo consigue que la mecánica
responda. Salta al volante y sale disparado de los stands justo cuando
De Graffenried recorre la recta de meta. Pero el baron suizo no es
capaz de amenazar a Fangio quien pone toda su extraordinaria energía
en retomar la cabeza y aumentar su ventaja implacablemente. De Graffenried
es batido sin discusión y las últimas vueltas son un mero
trámite. Chiron parece haber descartado el atacar a Campos y se
contenta con una meritoria cuarta plaza. Los Simca de Trintignant y Manzon,
5º y 6º, dan en esta ocasión prueba de gran solidez aunque
Manzon se ha visto retrasados por varias paradas. Giraud-Cabantous, que
ha retomado también su volante, termina 7º mientras el desafortunado
Chaboud debe abandonar a dos vueltas del final.
CLASIFICACION
|
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1.- Fangio, las 110 vueltas
(304'6km) en 3h35'11'' |
2.- De Graffenried en 3h
36'28'' |
3.- Campos a una vuelta |
4.- Chiron a dos vueltas |
5.- Trintignant a tres vueltas |
6.- Manzon a 12 vueltas |
7.- Giraud-Cabantous a 19
vueltas |
Vuelta Rápida: Fangio
(giro 32) 1'49'' |
En esta carrera donde los
hombres han sufrido tanto como las mecánicas, Fangio ha demostrado
no solo su clase como piloto sino también una cualidad que volverá
a manifestarse en futuras empresas: su extraordinaria resistencia al calor.
Y aunque el molesto "record aleman" continuaba vigente las medias habían
sido mejores a las anteriores de postguerra y el mito Fangio iniciaba su
camino. |