Otra decepción
de "La Máquina del Pueblo".
Las
expectativas por el Gran Premio de la ciudad de Bell Ville fueron de mayor
a menor. Si bien el interés de la competencia se mantenía
intacto, sufrió muchísimas deserciones incluso antes de comenzar
a practicar.
Victorio
Rosa fue el primero en desertar antes de llegar a Córdoba, debido
a que su Maserati se encontraba en Uruguay y no llegó a tiempo
para la competencia.
Después,
Italo Bizio y Juan Gálvez anunciaban que encontraban problemas en
los asientos de las válvulas de sus motores y se quedaban en sus
talleres para resolverlos.
Las
primeras prácticas del viernes serían entretenidas para los
cuatro pilotos "Formula Libre" que llegaron a Córdoba. La Maserati
de Pascual Puópolo -como nunca- no tendría mayores complicaciones
y lo dejaría desarrollar toda la potencia de su motor en las largas
rectas del circuito. Oscar por su parte, hacía comentarios como
“en esta recta estamos superando los 215 Km/h”. Y Pablo Pesatti parecía
que iba a estar imparable por los tiempos que estaba consiguiendo, cuando
tras modificar la relación de la caja de velocidades se le rompe
una pieza que no pueden reconstruir. Trataron de reemplazarla por una similar
pero fue en vano. El Alfa 8C se convertía en una nueva baja sin
siquiera registrar los fabulosos tiempos de vuelta que estaba consiguiendo.
Los
tiempos de clasificación arrojaron el siguiente resultado:
1° |
Oscar
Gálvez |
Alfa
308 |
2’
16.4” |
a
97.710 Km/h |
2° |
Pascual
Puópolo |
Maserati
8CL |
2’
17.4" |
a
97.021 Km/h |
3° |
Pedro
Llano |
Maserati
6CM |
2’
26.2” |
a
91.318 Km/h |
A estos,
se le sumarían los seis primeros de “Mecánica Nacional”:
4° |
Antonio
Pereyra |
Mercury
Bimotor |
5° |
Pablo
Gulle |
Bugatti
Ford |
6° |
José
Fanto |
Chevrolet |
7° |
Mario
Sessarego |
Chevrolet |
8° |
Enrique
Moyano |
Ford-Amilcar |
9° |
Juan
M. Fangio |
Volpi
Rickembacker |
Con
tan solo nueve máquinas, se larga la carrera.
Salen
adelante Gálvez y Puópolo. Para sorpresa del piloto, la 8CL
estaba funcionando de maravillas y se enredaban en una fraternal persecución
junto su amigo Oscar.
La
Maserati en algunos momentos intentó superar el Alfa, y en esos
momentos Gálvez se abría para dejarlo pasar, pero no alcanzaba.
Mientras Puópolo perdía mucho tiempo en las curvas de 90°,
el Alfa doblaba mejor y la máquina del Tridente volvía a
ser la cazadora.
Mientras
tanto, Pereyra superaba la Maserati de Llano y aparecía en el tercer
lugar del clasificador.
En
la mitad de carrera, la 8CL comienza a tener algún problema. Cae
el rendimiento de Puópolo dejando a Oscar la total libertad para
administrar la diferencia hasta la final.
Pereyra
comienza a tener problemas también, y cede su tercera posición
a Llano hasta que los problemas se convierten en insalvables y debe abandonar.
Llano
tampoco resistió mucho tiempo más y abandona. Los que pasan
a pelear por el tercer lugar ahora son Gulle y Sessarego.
En
la vuelta 20, la diferencia entre los dos punteros pasó a ser de
51 segundos. Parecía que la Maserati iba a lograr llegar segunda,
pero la realidad era otra. Puópolo ya daba cuenta de que había
alguna fisura en el circuito de combustible. Para que el líquido
vital llegue a los compresores, Puópolo se tenía que preocupar
por bombear el tanque con la mano derecha mientras trataba de conducir
con la izquierda.
Faltando
dos vueltas para terminar, el caño pinchado se termina de romper
y la Maserati se queda a un costado. Faltan 800 metros para la meta. Pasan
Gulle y Sessarego pero todavía estaban con una vuelta menos. Puópolo
intento desesperadamente empujar la Maserati para asegurar el segundo lugar
pero fue inútil. 800 metros era una distancia imposible de saldar
con tracción a sangre en menos de dos minutos y medio.
Gálvez
termina primero. Seguido por Gulle y Sessarego. Puópolo quedó
cuarto y Juan Manuel Fangio, en una carrera discreta, clasifico quinto.
La
8CL jamás volvería a rendir para desgracia del piloto de
San Isidro. La prensa daba cuenta de que Puópolo era un gran piloto
pero que el medio lo dejaba siempre en el camino, como solía sucederle
a su dueño anterior Raúl Riganti.
Por
otro lado, Fangio ya sabía que había que reemplazar el motor
original de su máquina para aspirar a la victoria. Obviamente, probaría
primero con el motor que él más experiencia tenía,
el Chevrolet.
UTaC
Team. |