El
Auto de Juan Alesso
Por Bocha Balboni
La
historia de un auto de Mecánica Nacional fuerza libre, hecho en
Esperanza, provincia de Santa Fe, en la cual “el Chueco” estuvo directamente
involucrado es la siguiente:
Don Juan Alesso (1906-1979),
laborioso mecánico, creador y constructor nada mas que con sus
manos y sus herramientas de un auto para la formula LIBRE MECANICA
NACIONAL.
No importa el resultado,
la formula cambió, el auto no pudo continuar corriendo y lamentablemente
ya no está acá. Importa el ingenio, el tesón de Juan
Alesso y todos, muchísimos esperancinos anónimos que colaboraron
y apoyaron este sueño.
Alesso, incansable entusiasta
del automovilismo fue Presidente del Esperanza Motor Club cuando se construyó
el circuito triangular de tierra bautizado Los Tobognes por los periodistas
deportivos de aquellos tiempos, colaboró en la preparación
de autos de carrera que se hacían en la zona, e intervino
en competencias con un Fiat 525 por él preparado.
En aquellos tiempos en que
la guerra había hecho escasear los repuestos primero y luego las
restricciones a la importación durante el gobierno de Perón,
construyó partes para reemplazar faltantes en maquinas de industrias
locales posibilitando que funcionaran las que carecían
de repuestos, o debían reciclarse.
A mediados de la década
de 40 comenzó a diseñar y construir un auto de carreras para
la FÓRMULA LIBRE DE MECÁNICA NACIONAL, esa misma fórmula
que cobijó tantos grandes autos, con que se lucieron, nuestros mecánicos-pilotos
como López, Pián, Iglesias, Fuentes, Crespo, Caldara
y otros.
En
este caso, Alesso optó tal vez por un enorme desafío, hacer
todo él, incluso el motor y sus partes. Eligió una configuración
nada común en ese tiempo: 12 cilindros boxer, doble árbol
a la cabeza, arquitectura que años más tarde sería
famosa nada menos que por utilizarla Ferrari.
Don Juan construyó
el block en chapa soldada con tapas del tipo ciego, es decir que
tapas de cilindro y el mismo eran una sola pieza. Como algunas Bugatti.
También a partir de bloques de acero al cromo-níquel
hizo al torno el cigüeñal y los árboles de levas.
Monumental esfuerzo el de
Juan Alesso y su gente, para construir un auto Mecanica Nacional Fuerza
Libre, prácticamente desde cero. No solamente el auto sino que además
hubo que construir herramientas especiales e ingeniar procedimientos para
llevar a cabo la tarea.
Por
ejemplo: como las tapas de cilindro era fijas, la rectificación
de los asientos de válvulas debían hacerse al revés,
desde el fondo del block. Al construir éste de planchuelas
soldadas, una vez finalizado debían normalizarse las tensiones,
por lo que debió valerse de una hoguera en el patio del taller para
que haga las veces de horno de recocido, ingeniándoselas para
lograr la temperatura necesaria así como medir el parejo y
paulatino enfriamiento de las piezas.
También el chasis
debió salir de su inventiva y eligió una solución
de inspiración aeronáutica: chasis tubular de caños
soldados, donde los tanques de agua y aceite formaban parte de la estructura
resistente mientras los mismos caños oficiaban de ductos para
la circulación de los fluidos.
Con gran paciencia, sus conocimientos
y gran dedicación, en su modesto taller fue dando forma a su sueño
acompañado por sus colaboradores incondicionales y su hijo Norberto,
que es quien aparece sentado en el auto en la foto del perfil del auto.
Había mucho entusiasmo
en la ciudad, donde para apoyarlo se formó una peña con el
fin recaudar fondos. Al acercarse Fangio a la zona para competir
en las 500 Millas de Rafaela con Talbot, estuvo en Esperanza, donde concurrió
a una cena que se aprovechó para recaudar fondos. (foto)
El
cigüeñal apoya sobre siete bancadas. Hay
dos árboles de levas mandados por cadenas para cada bancada de cilindros,
los resortes de las válvulas son dobles de tipo tijera. Las cámaras
de combustión hemiesféricas tienen dos válvulas por
cilindro dispuestas a 90º.
Dos magnetos SCINTILLA VERTEX
proveían el encendido y dos bombas de nafta surten los seis carburadores
ROCHESTER. Los doce cilindros con 81mm de diámetro y 117 mm de carrera,
llegan a sumar nada menos que 7.053,95 cm3, a 4200 rpm,
se estimaba rondaría los 300 HP.
Una caja de cambios (FIAT
525) se acoplaba a través de un embrague de discos múltiples
en seco, diseño y construcción de Alesso también.
El diferencial del mismo Fiat 525, luego fue sustituido por
uno de camión, pero el ingenio de Alesso le incorporó un
aditamento para cambiar rápidamente la desmultiplicación
para adaptarla a cada circuito.
La suspensión delantera
era independiente, mientras que la trasera tenía eje rígido,
con ballesta transversal semielíptica, las cuatro ruedas de rayos
eran originales RUDGE de fijación por mariposa central,
conseguidas por Fangio, que también aportó una suspensión
delantera de Alfa Romeo que no llegó a usare debido a que Alesso
consideró que no se adaptaría por la enorme diferencia de
peso de su motor por sobre el Alfa.
Finalmente el motor tomó
vida ante la expectativa de toda la ciudad que esperaba ansiosa escuchar
el rugido del siete litros. Finalizada la jornada diaria de trabajo se
reunían en el taller los entusiastas a trabajar hasta bien entrada
la noche mas los mirones de siempre que por fin tuvieron la satisfacción
y la emoción de ver cumplido su sueño, allí ante todos,
sobre un pedestal rugía sacando fuego por los escapes!
Después
de unas aceleradas, Alesso lo detenía, comprobaba que todo estuviera
en orden. Ajustaba detalles de carburación y encendido para ponerlo
nuevamente en marcha, hasta que fue poniéndolo a punto como tenía
revisto.
Una vez montado el impulsor,
para el 11 de noviembre de 1952, el coche empezó a rodar. Por medio
de un esperancino, el Dr. Raul A. Mendé que cumplía funciones
de ministro en el gabinete del gobierno de Juan Domingo Perón, y
con el apoyo de Fangio se presentó en Buenos Aires en el autódromo
en ese entonces “17 de octubre”, ante pilotos europeos que vinieron
para la Temporada Internacional de 1953, probándolo el mismo Fangio
y Luiggi Villoressi, que lo elogiaron, según la revista “Mundo Peronista
“.
Perón se contagió
el entusiasmo, recibió a Alesso y propuso colaboración
oficial para montar una fábrica y producir una cierta cantidad,
con la idea de formar un equipo argentino para competir internacionalmente
en el recién iniciado campeonato mundial.
El auto intervino en varias
carreras nacionales, aunque el pensamiento estaba puesto en las 500
Millas de Rafaela. En el circuito "Los Toboganes" de su Esperanza, piloteado
por el mismo Juan Alesso, destrozó el diferencial en la largada,
que no soportó la tremenda fuerza del motor, luego tuvo varias intervenciones
al mando del Campeón motociclista santafecino Francisco Gonzalves
que consiguió su mejor clasificación en el parque Urquiza
de Paraná.
La posterior entrada en dificultades
y caída del gobierno de Perón, dio por tierra con el proyecto,
el apoyo no se concretó, luego la fórmula fue cambiando y
tampoco pudo continuar compitiendo en Mecánica Nacional, cuando
desapareció la fórmula libre.
Un especialista en chapa,
de esta misma ciudad, Antonio Thimental, conocido por sus numerosas
y muy buenas realizaciones, se encargó de la carrocería
de aluminio que diseñó y construyó el mismo, a pedido
de Alesso, para la que eligieron los colores internacionales argentinos
de aquellos tiempos, que eran: carrocería azul, capot amarillo.
Los mismos colores que distinguían al equipo argentino al hacer
sus primeras armas en Europa, con Fangio, Campos y González.
Gracias a Dios, don Antonio
anda todavía entre nosotros, trabajado, compartiendo recuerdos,
su bonhomía, y ganas de hacer, en la foto con su hijo, y una réplica
de la “Coloradita” de Bordeu, en construcción.
De
pibes solíamos verlo pasar a Don Juan Alesso por la ruta que cruza
la ciudad (hoy Provincial 70 “Eusebio Marcilla”) haciendo una “tiradita”
flameando la corbata al viento, si, siempre de corbata, aunque vistiera
su jardinero de mecánico. Viene Alesso! Y todos a la vereda
corriendo para ver pasar el auto azul y amarillo que nos dejaba soñando
que algún día “les pasará el trapo” a todos.
Por entonces en la gran mayoría
de los casos los autos de carrera construidos en Argentina, eran armados
a partir de chassis y motores de automóviles de serie que se modificaban
y adaptaban. Este fue uno de los pocos casos de un automóvil de
carreras hecho totalmente en nuestro país, con un diseño
propio, original sin partir de un motor de serie, totalmente diseñado
y construido en Esperanza, integralmente.
Es importante tomar conciencia
de la magnitud de la obra emprendida por aquélla gente. Cuántas
cosas hay que diseñar, combinar, fabricar, probar, poner a punto
para que un motor y un auto marche! Y encima que sean capaces de participar
en carreras, que es donde mas se lo va a exigir.
Todo esto hecho por gente
común, con pocas herramientas, en un taller de una pequeña
ciudad del interior, sin mucho mas que intuición y conocimientos
prácticos. Si nos trasladamos a aquellos años, sin siquiera
calculadoras, máquinas muy sencillas y elementales, hasta la luz
eléctrica era casi un lujo! Pero lo hicieron. Eso nos puede dar
una idea de la magnitud de aquella obra.
En la década del 90
este auto se fue de Argentina y la última noticia que tuvimos fue
que integraba como rareza, la colección de Gretta y
Paul Foulkes-Halbard en Filching-Mannor, (Sussex) Inglaterra sitio que
también cobija a los famosos autos y lanchas de récord "BLUEBIRD"
de Sir Malcom Campbell, nada menos.
Bocha Balboni
historiasdehya@gmail.com
Esperanza (Santa Fe)
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